La mujer que abandonó a sus hijas desnutridas y al borde de la hipotermia en un piso de Pumarín en diciembre 2014 tiene otro hijo más, del que no se sabe nada desde su nacimiento en el hospital, hace ya siete años. La madre se niega a revelar a las autoridades el paradero del chiquillo y los investigadores temen que algo malo haya podido sucederle. Durante cinco años y hasta que estalló el caso del abandono de sus tres hermanas cuando tenían la mayor 3 años, otra 18 meses y la última 20 días, nadie reparó en la situación de este menor, un fantasma en los registros oficiales: nunca pasó consulta en el centro de salud que tenía asignado y tampoco fue escolarizado. El Juzgado de instrucción número 1 de Oviedo mantiene abierta una investigación por la misteriosa desaparición del chiquillo, en coordinación con la Policía Nacional y el Ministerio Fiscal, que por el momento acusa a María Josefa G. F. (42 años) de un nuevo delito de abandono de menores, por el que tuvo que volver a ingresar en prisión.
El pequeño Pedro (nombre ficticio) nació el 3 de diciembre de 2009 en el HUCA. Su madre asumió la guardia y custodia, sin aportar la identidad del padre del recién nacido. Lo inscribió en el registro civil de Oviedo y en el libro de familia consta solamente María Josefa. Eso es todo: ahí se pierde la pista del niño. Nunca le fue expedido ningún tipo de identificación, como el DNI o el pasaporte. Tampoco fue al pediatra ni al colegio. Solo un pequeño dato: en 2014 la madre acudió al centro de salud para darlo de baja alegando que no vive en España. "Es como si se lo hubiera tragado la tierra", explican fuentes conocedoras del caso.
A raíz de la instrucción de la causa abierta por el abandono de sus otras tres hijas, los investigadores preguntaron a la mujer por el niño. "Está en Portugal con su padre", respondió. Y después se negó a ofrecer más detalles sobre su paradero. A la historia de Portugal también se ha referido la madre de María Josefa, abuela materna del chiquillo. Dijo a la Policía que no había vuelto a ver a su nieto desde 2011, cuando Pedro tenía dos años y supuestamente se fue de vacaciones con su madre al país luso. Algo que no cuadra con la versión ofrecida a los investigadores por los vecinos de Pumarín, que siempre han creído que el hijo mayor de María Josefa vivía con su abuela en La Corredoria.
De momento, las autoridades portuguesas ya han comunicado que el menor no vive allí, al menos de forma legal. El oficio trasladado por el Centro de cooperación policial aduanero es tajante: el niño no es residente legal en Portugal y no tienen datos sobre él. La madre, que acaba de salir de Villabona a la espera de ser juzgada por este asunto y el próximo 3 de julio por el abandono de las tres niñas, continúa negándose a hablar.
Fuentes de la Fiscalía del Principado han explicado que el Ministerio Público formuló a finales del pasado mes de mayo un escrito de acusación provisional por la desaparición del pequeño Pedro. En principio, la fiscal imputa a su madre de un delito de abandono de menores.
