La ballena blanca se llama en realidad Moby Dick y es el objeto de ambición del capitán Ahab, que comanda el "Pequod", el navío que sale de Massachusets en pos del infinito gracias al talento de Herman Melville, uno de los grandes de la literatura norteamericana de todos los tiempos. Y siendo eso, también es el nombre del montaje que acoge esta tarde el auditorio del Centro Niemeyer (18.00 horas), "un espectáculo casi redondo", aseguró ayer Ález Díaz, el director y productor de la obra que pone aventura a un puente transformado en cadencia: el penúltimo trabajo de "Teatro Gorakada", ya en su segunda temporada.

"Esto es fruto de la suerte y también de la dedicación", reconoció Díaz a preguntas de LA NUEVA ESPAÑA. "Lo que hemos hecho ha sido adaptar a públicos de todas las edades una novela de más de 800 páginas a 60 minutos, que es lo que dura el montaje", sentenció. Y a esa adaptación han resistido el capitán Ahab, Ismael (el narrador) y también el maorí Queequeg. "Los dos músicos, son la tripulación: el contramaestre y el grumete, un poco como una enseña de todas las naciones que navegan a bordo del 'Pequod'", reseñó.

"Ha sido un trabajo duro, un proceso largo, pero el resultado ha sido muy bueno", añadió el productor de la función. "Nuestra propuesta era clara: "Que los espectadores vieran cachalotes y barcos, pero sin cachalotes ni barcos, sólo con mucha imaginación", resaltó el director artístico del espectáculo. "Sólo tenemos una cuerda, dos tablas y cinco actores: dos de ellos, además, tocan sus instrumentos. El canto de las ballenas se escucha con unas notas de violín y un poco de agua... lo demás es fruto de la imaginación. Y todos los que han visto el montaje confirman lo que decimos: que está toda la novela en el montaje y que no hace falta siquiera el barco o la ballena; la tuvimos, pero tuvimos que desecharla, no contribuía a contar la historia tal cual la queríamos contar", sentenció.

La obra llega a Avilés después de haber sido probada durante un año completo. "Tenemos fechas ya para noviembre y diciembre del año que viene. Y tendremos más porque tenemos un montaje que nos salió redondo", destacó el productor vasco.

La obra fue candidata al premio "Max" al mejor espectáculo infantil. Y, además, fue seleccionado en la Feria de Teatro Infantil de Gijón (Feten)... No se llevó los galardones, lo que sí que se llevó fue el respeto tanto de los espectadores como de los críticos. "Los pequeños no se sorprenden, pero los mayores no dejan de hacerlo en cada momento", aseguró Díaz. "Por eso decimos lo de todos los públicos".