Son muchas las personas de nuestro entorno que, cuando escuchan la palabra cáncer, se apodera de ellas un sentimiento de impotencia. Sin embargo, es injustificado en un elevado número de casos. Porque, en los últimos años, la medicina ha ido ganando un sinfín de posiciones en la batalla contra esta enfermedad.

Por eso, el diagnóstico de estas patologías malignas, en un alto porcentaje de casos, ha dejado de ser una sentencia de muerte. Ahora bien, es cierto que, debido a las espeluznantes cifras de incidencia, no hay que menospreciar su gran poder. ¿Y qué podemos hacer? Porque al desconocer las causas que los producen, no se pueden prevenir, salvo en situaciones muy concretas, como es el referente al cáncer de pulmón, enfermedad cuya causa principal es el tabaquismo.

Por tanto, es de sobra conocido que se hace necesario dejar de fumar. Ahora bien, hay que tener en cuenta que, el tabaco no es el único agente cancerígeno. Todos los estudios de que disponemos en la actualidad apuntan a que muchos cánceres podían ser evitados con estilos de vida saludables. O sea que, además del tabaco, es necesario practicar ejercicio físico de forma regular, tener mucha precaución con el consumo de alcohol y llevar a cabo una dieta variada y equilibrada. Y esto lo estamos haciendo francamente mal, a juzgar por las estadísticas que apuntan a que casi la mitad de los españoles sufre sobrepeso, un 14,5% tienen obesidad grave y el 16,1% de los niños de 6 a 12 años de edad es obeso.

Pero el tema va más allá, porque además de alimentarnos mal, tampoco sabemos a ciencia cierta lo que comemos. Existen alimentos que contienen colorantes de probados efectos cancerígenos ¿Y qué me dicen del control de los residuos industriales? ¿Y las causas ambientales?

Sin duda nos queda un largo camino por recorrer en la lucha contra esta enfermedad, que afecta cada vez a personas más jóvenes. Por eso, todos los ciudadanos deberíamos colaborar llevando a cabo las medidas higiénico-dietéticas que aconsejan los responsables de la salud. Pero la Administración también tiene un importante papel, ya que a ella corresponde poner dinero para la investigación. De esta forma, quizás en pocos años, podamos conocer con exactitud las medidas preventivas adecuadas y disponer de respuestas terapéuticas individuales, para combatir este mal que, en la actualidad, afecta ya a uno de cada tres varones y una de cada cinco mujeres.