Una de las cosas que más preocupan a las mujeres, en relación con los temas de salud, es todo lo que tenga que ver con la glándula mamaria. Y es que, por una parte, el cáncer de mama no solamente es muy frecuente, sino que está aumentando su incidencia en los últimos años y a edades cada vez más tempranas; y por la otra, la mama no solo representa fecundidad, sino que también simboliza feminidad y belleza. Y también erotismo. La glándula mamaria es un órgano estético de primer orden y también un órgano erótico, como trata de destacar la moda en los últimos tiempos Por eso, casi siempre, cuando escuchan la palabra cáncer de mama, se apodera de ellas un sentimiento de impotencia, que es injustificado la mayoría de las veces. Porque es necesario que tengamos muy presente que, en los últimos años, la medicina ha ido ganando muchas posiciones en la batalla contra esta enfermedad, sobre todo en aquellos casos en que se llevan a cabo diagnósticos en una fase temprana. Y, en esta glándula, al tener tan fácil visualización y hallarse al alcance de la mano y de todas las técnicas auxiliares, se pueden realizar fácilmente detecciones tempranas, cuando la enfermedad está en sus inicios totalmente localizada, lo que conlleva, por otra parte, a tratamientos muy, pero que muy eficaces y poco agresivos.

Afortunadamente, en los tiempos actuales, un diagnóstico de cáncer de mama no significa, desde ningún punto de vista, una sentencia de muerte. ¡Por supuesto que no! Eso es lo primero que tienen que asumir todas las mujeres que estén dispuestas a plantarle cara. Hay que tomárselo como un reto más en la vida. Una lucha como tantas otras que afrontamos en nuestra evolución como individuos. ¿No les parece que hay demasiada belleza en este planeta Tierra, en el cual vamos a permanecer como mucho 80 o 90 años, como para no sacarle a nuestra existencia en él todo el partido que se merece?

Ahora bien, señoras, señoritas, recuerden que el cáncer de mama no duele hasta que está muy avanzado. Y para beneficiarse de un diagnóstico precoz y de todos los beneficios que ello conlleva, es necesario llevar a cabo la autoexploración mamaria, acudir a las revisiones periódicas al ginecólogo, sin olvidar la práctica de la mamografía que, en líneas generales, deberá tener periodicidad anual a partir de los 40 años.