En Barcelona se ha celebrado la convención sobre teléfonos móviles más importante del mundo. Y un año más uno acaba con una sensación agridulce en la boca, una especie de coitus interruptus tecnológico en el que todas las esperanzas previas al inicio del evento se van disipando a lo largo del mismo sin tener la oportunidad de llegar al clímax.

Y es que este año las esperanzas eran muchas. Empezando por el -necesario y esperado- resurgir de la finlandesa Nokia, siguiendo con el nacimiento de la división de móviles de Sony -ya sin Ericsson a su lado-, continuando con los nuevos tablets de Samsung y finalizando con la respuesta de Blackberry al cada vez mayor mercado de los smartphones, todas las miradas enfocaban hacia estos gigantes. ¿Hubo novedades? Sí. ¿Interesantes? Sin duda. ¿Espectaculares? Muy pocas. Y es que parece que en el actual mercado de los teléfonos inteligentes se está haciendo difícil conseguir innovaciones reales. Mientras se paseaba por los diferentes expositores escuchando las explicaciones, uno no se libra de la incómoda sensación de que «eso ya lo he oído antes. Esto me suena».

Casas conectadas, en las que el móvil inteligente es el epicentro de todo un mundo de entretenimiento es algo sobre lo que se lleva hablando hace tiempo, pero que no acabamos de ver materializado. También es cierto que en la edición de este año la tendencia común entre los grandes es esa, con las ventajas que supone para el consumidor: la de interconectar el televisor, el ordenador, el móvil, el tablet y el sistema de ocio digital para que interactúen entre ellos.

El pago con el móvil, del que llevamos ya varios años escuchando hablar y que no acabamos de ver en la calle puede recibir el empujón definitivo en 2012. La prueba piloto iniciada hace unos años en Sitges, que ha tenido continuidad durante 2011 en Mallorca, va a llevar a La Caixa a implementar el pago a través del móvil en la ciudad de Barcelona. Acuerdos ya existentes entre diferentes bancos y Visa permitirán que a lo largo de este año tengamos ya la posibilidad de pagar con nuestro móvil en diferentes comercios, taxis, autobuses e incluso poder sacar dinero de los cajeros automáticos. Y todo sin tarjetas.

Esta tecnología, denominada NFC, permite además interactuar con vehículos -podemos arrancar nuestro coche o moto acercando el teléfono al salpicadero- o con paneles publicitarios. Podremos descargar contenidos, obtener cupones de descuento en tiendas, hacer el pedido en una cafetería o restaurante, descargar el plano del metro...

Y mientras todo esto ocurría en Barcelona, Movistar anunciaba lo que nadie hubiese imaginado nunca: se acabaron los móviles a coste cero. En una jugada sorprendente para el mercado -aunque se rumoreaba hace tiempo- Vodafone y Orange se han desmarcado y dicen que seguirán con sus políticas de subvención. El mercado se va a mover como nunca. Habrá que seguirlo.