El actual presidente de Duro Felguera, Ángel Antonio del Valle, representante del mayor grupo accionarial y que desde 2007 había sido director general y consejero delegado, puso en marcha en 2012 una nueva estructura corporativa: fusionó filiales de servicios, concentró en la nueva sede de Gijón las sociedades hasta ahora dispersas, para generar una mentalidad de grupo y una única cultura corporativa y mejorar las sinergias; puso en marcha una nueva línea de negocio de petróleo y gas y anunció otra ofensiva internacional. Del Valle planteó en el consejo de administración un plan de apertura de verdaderas sedes comerciales y corporativas en mercados extranjeros, con la incorporación de personas de relevancia local y no ya sólo meras oficinas técnicas. «No debemos preguntarnos en qué países tenemos que estar, sino sólo en cuáles no», sostuvo en mayo pasado ante los accionistas.

Duro jamás fue más internacional que ahora, con trece oficinas permanentes en España, Latinoamérica y Asia, y proyectos en marcha en 37 naciones de Europa, América, Asia y África. Esta globalización la ha materializado justo cuando su accionariado es más asturiano que en cualquier otra época de los últimos 155 años. Nunca el capital regional había sido hegemónico en la compañía antes de 2000. Pero ambos fenómenos se producen al tiempo que el peso fabril en la compañía sigue una tendencia de claro retroceso.

Mientras Duro da la vuelta al mundo y se proyecta globalmente, los cinco talleres del grupo, todos ellos en Asturias, y último vestigio de la secular tradición fabril de la compañía, siguen sometidos a zozobras y abocados a nuevas reducciones tanto de empleo como de capacidad. El grupo dijo este año que reducirá sus cinco talleres (situados en un radio de 25 kilómetros) y que los limitará a las actividades en las que cree que pueden seguir siendo competitivos en costes en el mercado global: vías, túneles, entibaciones y parte de la calderería. Los talleres aportan pérdidas al grupo y generan el 5% de los ingresos. «Tenemos que prever que, si hoy podemos absorber sus pérdidas, pudiera ocurrir que la compañía no las pudiera soportar más adelante», dijo Del Valle en mayo. La empresa acaba de plantear una reducción de 45 de sus 165 empleos en el Tallerón de Gijón.