Silo sucedió a Aurelio y reinó, según la "Nómina" de los reyes asturianos, 9 años y un mes. Las tres crónicas asturianas coinciden en señalar que fue su matrimonio con Adosinda, hija de Alfonso I y hermana de Fruela I, lo que facilitó su acceso al trono. La "Crónica Albeldense" cuenta que durante el reinado de Aurelio, "Silo, el futuro rey, tomó por esposa a Adosinda, hermana del rey Fruela, con la que más tarde alcanzó el trono".

El matrimonio de Silo con Adosinda es también presentado como determinante en la llegada al trono en la redacción "Sebastianense" de la "Crónica de Alfonso III". "Tras el final de Aurelio le sucedió Silo en el reino, por la razón de que había obtenido en matrimonio a Adosinda, hija del príncipe Alfonso". La "Rotense" ofrece una variante, pues sitúa la celebración del matrimonio tras la muerte de Aurelio, pero igualmente el enlace marital le facilita el acceso al trono.

Hay una discrepancia entre la "Crónica Albeldense" y la "Crónica de Alfonso III" sobre quién transmite el derecho de sucesión. En la primera se presenta a Adosinda como hermana del rey Fruela I, mientras que en las dos versiones de la segunda, Adosinda es la "hija del príncipe Alfonso" (Alfonso I). Fruela I, aunque hijo de Alfonso I, representa al linaje de Pelayo, mientras que la referencia a Alfonso I pretende vincular a Adosinda al linaje cántabro.

En la disputa que había entre las dos ramas familiares este matiz no carece de sentido y el hecho de que Adosinda trajera a la Corte a su sobrino Alfonso, hijo de Fruela I, da a entender que apoyaba al partido de éste.

La "Albeldense" cuenta que Silo, una vez que "recibió el reino, asentó su trono en Pravia". Fue un nuevo intento de alejar la Corte de Cangas de Onís y situarla más próxima a las principales vías de comunicación con el Sur y el Oeste.

Pravia estaba situada en el tramo final de la vía de La Mesa, importante infraestructura viaria de la época romana que comunicaba el centro de Asturias con Astorga, la antigua capital de la Asturia romana, y debía de conservar numerosas construcciones de la época romana. Aunque desde el punto de vista defensivo era más vulnerable, por esas fechas no parecía probable un ataque musulmán.

¿Quién era Silo? Probablemente un gran propietario gallego, de la zona del noreste de Lugo, como demuestra el documento de donación que hizo a unos monjes del lugar de "Lucis", una gran propiedad de unos 25 kilómetros cuadrados de extensión, situada entre los ríos Eo y Masma, y que formaba parte de su patrimonio personal.

El matrimonio de Adosinda con Silo buscaba reforzar con alguien poderoso, no sólo propietario de tierras, sino capaz de movilizar hombres y armas, el linaje de Pelayo, que había quedado en situación delicada tras el asesinato de Fruela I. Sin hijos, Adosinda debía buscar el modo de recuperar el trono para su sobrino Alfonso, que había sido alejado de la Corte tras el asesinato de su padre. Durante el reinado de Silo volvió el joven Alfonso, que "gobernó el palacio, porque Silo no engendró hijo alguno de Adosinda", dice la "Rotense".

Además, ya desde el reinado de Alfonso I, el Reino de Asturias se había extendido hacia Galicia, primero por la parte litoral de la actual provincia de Lugo, y luego, con Fruela, se amplió el dominio hasta el Miño. Al reforzamiento del control sobre gran parte de Galicia, respondieron los gallegos con una rebelión, que sofocó el rey Silo. Nuevamente "Galicia se le rebeló", según cuentan las dos versiones de la "Crónica de Alfonso III". El combate se entabló en Monte Cubeiro, identificado como un lugar en el municipio de Castroverde, al oriente y cerca de Lugo. La victoria de Silo acabó con la revuelta y estableció una paz que parece fue duradera, pues hasta el reinado de Alfonso III no hay noticias de nuevas rebeliones.

Cinco frases dedica la "Crónica Albeldense" al reinado de Silo y una de ellas ha dado pie a todo tipo de especulaciones. La frase en cuestión dice así: "Con España tuvo paz, a causa de su madre". España significaba en el contexto de las crónicas asturianas de ese momento tanto la totalidad del territorio peninsular que estuvo gobernado por los visigodos, como la parte que aún quedaba en poder musulmán tras la rebelión astur. Ahora bien, ¿qué relación de causalidad existe entre la madre de Silo y la paz con los árabes? La "Crónica de Alfonso III", en sus dos versiones, también destaca la paz con los árabes, pero no la relaciona con la madre de Silo.

Gran número de historiadores han supuesto que la madre de Silo era musulmana. Pero en contra de ello se puede argumentar que cómo entonces casó con una princesa, o bien, quién era su padre para que aun siendo Silo hijo de una musulmana se moviera en los círculos de la Corte.

No hay solución convincente al enigma planteado por la "Albeldense", y quizá la ausencia de guerra con los árabes, al igual que bajo Aurelio, se debió tan sólo a que Silo estuvo absorto en otras cuestiones internas, y Abd al-Rahmân I también seguía ocupado por los conflictos internos y las amenazas externas, sin tiempo para dirigir sus miras al Reino de Asturias. En 777, Abd al-Rahmân ibn Habîb al-Fihrî desembarcó en el litoral de Murcia con el objetivo de recuperar España para el califato de Bagdad, y en 778, el rey franco Carlomagno penetró hasta Zaragoza, ciudad que mantenía una actitud rebelde frente a Abd al-Rahmân I y con la que el rey franco había negociado su entrega.

Silo no se vio en la necesidad o no tuvo la voluntad suficiente para emprender nuevas campañas por tierras cada vez más lejanas de su Reino. No atacando evitaba ser respondido. Esa inactividad bélica no implica que su madre tuviera nada que ver con los árabes, pese a que para los cronistas que escriben un siglo después fuera llamativo la ausencia de lucha con éstos, pues desde su óptica sólo la guerra contra el enemigo musulmán era algo "digno de la historia".

Silo construyó una iglesia dedicada a San Juan Evangelista en el lugar hoy conocido como Santianes (Pravia) que aún se mantiene en pie, con alteraciones, pero conservando elementos de su fábrica original. Una inscripción laberíntica, que desde una "S" central repetía innumerables veces la frase "Silo princeps fecit" (El príncipe Silo la fabricó), recogía el hecho. No muy lejos de esta iglesia, según noticia que da Antonio Juan de Bances y Valdés, en 1806, se "encuentran cimientos y otros vestigios de grandes edificios... Todos dicen fueron aquí los Palacios del rey Silo".

Durante su reinado, en 781, se fundó también el monasterio de Santa María de Obona por Adelgaster, supuesto hijo de Silo, aunque el documento que recoge esta noticia es totalmente falso. También en 781 se firmó el pacto monástico entre el abad Fromestano y su sobrino el presbítero Máximo, con Montano y 25 monjes que le acompañaban, para fundar en la colina de Oviedo, el que sería monasterio de San Vicente de Antealtares, según su nombre antiguo. Sin hijos, Silo falleció de muerte natural y fue enterrado en la iglesia de Santianes.