-Nací en Salas, de donde eran mis padres, en 1949. Abrió Ensidesa y en 1956 vinimos a Avilés. Soy hijo único.

-¿Tiene recuerdos de Salas?

Del mes de verano y la fiesta del Viso. Tenía tíos y pandilla: mis primos Manuel, médico de Cangas de Onís, y Joaquín Manuel Díaz, astrofísico, y Felipe Fernández, director general de la Caja, dos años más pequeño. A los 14 años, al formar "Los Linces", iba para tocar en el Poker.

-¿Cómo eran sus padres?

A mi padre lo llamaban Pepe el Cajero. Estudiaba Medicina cuando estalló la guerra, cayó en parte republicana y estuvo en la cárcel de Figueirido (Pontevedra). No acabó la carrera. Volvió a Salas después de la cárcel. Su hermano era recaudador de Hacienda de Salas y mi padre trabajó allí hasta que abrieron Ensidesa.

-¿Se hablaba en casa de la guerra?

No, salvo que preguntara. Mi padre decía que para ser de derechas tienes que ser rico o por interés.

-¿Le hizo caso?

Sí, porque me interesaba.

-¿Su madre?

Era ama de casa, como sus 4 hermanas. Los dos hombres estaban metidos en obras.

-¿Cómo fue su primer Avilés?

Villalegre, a la espera de que Ensidesa nos diese vivienda. Mi padre era el cajero, la caja inicial estaba en la calle de La Herrería y vivíamos en el piso de arriba. El día de pago, una vez a la semana, mi padre venía de Banesto con una pareja de la Guardia Civil que comía en mi casa.

-¿Después de la escuela de Villalegre?

Entré en el San Fernando, con 9 años, para hacer primero de Bachiller. Allí hice a mis amigos de jugar a los indios y vaqueros de goma y mirar en Víctor Pi, una tienda espectacular que hacía maquetas de vikingos, romanos y soldados ingleses y japoneses del "puente sobre el río Kwai". Así hasta los 13 años, cuando empezamos a oír música en el tocadiscos de mi casa.

-¿Cómo era su padre?

Me enseñó muchas cosas. Nunca lo vi enfadado. Si había problemas, me decía que mirara el lado bueno. Mis enfados vienen de mi madre y de que viví en seis países muy distintos, con cambios de forma de vida y de seguridad. México era inseguro aunque vivíamos en jaulas de cristal. Para entrar en casa pasábamos tres controles policiales y en la urbanización había todo, hasta Universidad. Yo era el único que salía.

-¿Cómo fue su madre?

Siempre me favoreció. "Haz lo que te guste", me decía.

-¿Y la música?

Mi padre era músico -saxo, piano y guitarra- y tocaba en las orquestas "Madrigal" y "Gong". Yo iba a verle ensayar.

-¿Usted no entró en la música por los "Beatles"?

Demetrio Reigada me regaló "She loves you", de "The Beatles", a finales de 1963 y se lo llevé a mi padre, a ver qué le parecía. Me dijo: "Son muy buenos porque tocan y cantan. Intenta hacerlo tú".

-No le pusieron inconvenientes.

Me dieron libertad para formar "Los Linces", tocar en salas de fiestas y bailes los domingos en las Cuencas y ganar dinero para comprar mejores equipos.

-¿Qué tal estudiante era usted?

Malísimo. Pasaba los cursos, aunque dejé suspensos para septiembre. Empecé a aplicarme al profesionalizarme.

-¿Cómo empezaron "Los Linces"?

En 1963, en mi casa, con Luis Ángel Carreño y Demetrio Reigada, los tres con guitarras. Demetrio tocó la primera parte de la música de "Bonanza" y se dio cuenta de que no era lo suyo. Nos gustaban "The Beatles" y "The Shadows". Luego vino la invasión británica y pasamos a llamarnos "The Linces Group", como "Spencer Davis Group".

-¿Llevaban flequillos?

Mi padre me preguntaba si era marica, por mi melenilla de Príncipe Valiente, hasta que un periodista escribió "José Miguel, melenas, caprichito de las nenas".

-¿Era caprichito de las nenas?

Me ganaba Fredy, Alfredo Albillo, de Valladolid, por el que se peleaban las chicas del instituto. Cuando salió Fredy, metimos a otro guapo, "Burulis", Juan Francisco. Cantaba poco pero su hermana Eva era la Brigitte Bardot de Avilés y queríamos que viniera a los ensayos.

-¿Ganaron dinero?

De 1970 a 1973, sí. Nuestra primera actuación fue en 1964. Ganamos el primer festival de grupos yeyés, creo, que se celebró en Asturias, en el Club de Tenis de Avilés. Allí tocaron nuestros amigos "Los Juniors", de Oviedo, y "Los Archiduques", de Grado. Había la promesa de grabar, pero no se hizo.

-¿Dónde tenían más éxito?

En La Terraza, de Blimea, con 3.000 y 4.000 personas y dinero a manta. Teníamos fans y tocamos con "Micky y los Tonys", "Los Brincos", "Los Relámpagos", "Los Mitos" y "Lone Star". Sólo El Jardín competía en Gijón. En Oviedo tocamos en el Canary con dos gogós, y en Gijón, en Play Boy II.

-¿Cuánto cobraban?

De 1.500 a 3.000 pesetas. Teníamos una furgoneta DKW de segunda mano. En Apple, Carnaby Street (Londres), compramos chaquetones con flores y flecos, y cuando me vio mi padre me dijo: "¿Le robaste la colcha a tu madre?". Era 1968. Compramos los mejores amplificadores y las guitarras de los "Beatles". Tocamos con "Los Brincos" y, como ellos , compramos en Garijo, de Madrid, micros y amplificadores de voces Semprini, lo más caro. Sonaba perfectamente. Eran 200 vatios. Ahora sales con 30.000 o 40.000 vatios. No sé cómo se nos oía.

-A los 14 años empezó en la Escuela de Comercio de Oviedo.

No me gustó hacerlo, pero soy perito mercantil y fueron buenos estudios para lo comercial, que aún me gusta. En 1962 mi padre me avisó de que en Ensidesa daban un curso de computadoras del sistema IBM 360. Eran monstruos con verificadoras y perforadoras en unas salas inmensas. Saqué el título. Por ser hijo de trabajador tenía derecho a entrar en Ensidesa, pero luego me salió trabajo en un banco de Madrid.

-¿Cómo conoció a su mujer, Mary Carmen?

En la pista de La Exposición, en Avilés. Me la presentaron "fans" nuestras. Yo tenía 18 años y ella 15. Ennoviamos la primera semana y fuimos novios 5 años.

-"Los Linces" hicieron televisión y salieron de sus fronteras.

En una fiesta de la Cruz Roja tocamos en la terraza del café Colón de Avilés mientras ponían las banderitas abajo en la calle. Actuamos en un alto antes que "The Beatles" y nos televisaron. Actuamos por León, Valladolid y tengo muy buenos recuerdos de Laredo (Cantabria). Actuábamos en La Rana Loca durante 15 días, con los "Mitos", que eran vascos. Fueron dos veranos con gran ambiente porque era donde veraneaban los franceses.

-¿Fueron a Madrid?

Me fui yo después de que se disolvieran "Los Linces" en el verano de 1973.

-¿Por qué se disolvieron?

El mundo de los conjuntos y de los bailes se estaba acabando. Fui a Madrid para buscarme la vida como profesional de la música, pero también las salas más conocidas, Cerebro, Consulado y JJ iban cerrando porque se llevaba más la discoteca y pinchar la música. Toqué con Junior (de "Los Brincos" y luego de "Juan & Junior") de guitarra de acompañamiento en tres sustituciones.

-¿Cómo se instaló en Madrid?

En la pensión Pereda, calle Desengaño, al lado de Gran Vía, alrededor de las calles de putas.

-¿Sin trabajo fijo?

Un día de 1973 compré el periódico "Pueblo" y leí un anuncio clasificado que decía: "Se necesita programador de IBM para banco de ámbito nacional". Escribí y a los tres meses me contestaron que fuese al Banco Atlántico de Gran Vía. Entré de programador, me pusieron una bata blanca y trabajaba a turnos: mañana, tarde, noche. Estaba bien pagado, pero en seguida entendí que aquello no era mi vida. Vine a casarme a Salinas en noviembre de 1973 y nos instalamos en Madrid.

-¿Cómo es su mujer?

Mary Carmen Calvo viene de la familia de Gráficas Calvo, de Avilés, taller de "La Voz de Avilés". Empezó de secretaria en Suárez Carreño, importador. Cuando vino a Madrid se hizo ama de casa. Me ha ayudado en todo: me aceptó como rockero y me acompañó todos los años de bancario, en países distintos y lejanos.

-¿Y usted fue bueno?

Algunas veces. Esos países no tienen clases medias y el banco te posiciona en estamentos altos. Mary Carmen me ayudó mucho en lo que supone vivir en ese estatus, conociendo a las esposas de empresarios, organizando fiestas. Éramos como embajadores del banco y, si yo estaba en un sitio conociendo a uno, ella estaba en otro lado charlando con otro. Fue como mi agente comercial.

-¿Cómo saltó en el Banco Atlántico de los ordenadores a la parte comercial?

Lo solicité. En aquella época muchos bancarios no querían ser comerciales porque se exigían resultados. En el Banco Atlántico estaba el Continental Bank de Nueva York, que enseñó a trabajar de manera personalizada, con "boxes" donde atendían a los clientes.

-¿Se formó?

En Málaga, en Londres y en Miami. En Málaga -un curso de 6 meses- me enseñaron cómo vender un producto, cómo comportarme y vestir. Yo tenía experiencia con el público: presentaba las actuaciones musicales y llevaba 10 años de escenario.

-¿Después?

Llegué de subdirector a Gijón, pero hasta que llegué a Avilés de director, dos años más tarde, no empezó a gustarme mi trabajo. Soy "rompedor" -abro mercado, me aburro y voy a abrir otro mercado- y en Avilés abrí la primera oficina. Estaba todo el día en la calle, comiendo con clientes en el San Félix. Miguelín, del Balneario de Salinas, había sido compañero mío en el Colegio de San Fernando. La primera vez que fui al San Félix iba a sentarme en una mesa y me dijo: "No, ésa es la de Daniel Alonso". Miro otra y me dice que es de Lloriana. La tercera era de Tomás Casado. ¿Dónde me siento? Antes los negocios se hacían en las mesas. Ahora en España eso se acabó. En México, Venezuela y República Dominicana, sí. Teníamos presupuestos altos en comidas, invitaciones, regalos, bolígrafos de oro...

-¿Estaba a gusto en el Atlántico?

Era un buen banco. Estuvo en él Miguel Ángel Revilla, ex presidente de Cantabria, amigo mío. Herminio Huerta, que fue director del Banco de Asturias. Manolo Suárez, director general de Banesto... La banca consiste siempre en lo mismo: coges dinero por un lado, lo sueltas por otro y te quedas el mayor beneficio entre uno y otro.

-También se formó en Londres.

En un curso en el Barclays. Conocía a José Rivero -hermano de Teresa, esposa de Ruiz-Mateos- porque se había casado en Salas. En una cacería me preguntó si me interesaba ir a Madrid. Me ofrecieron ser director de marketing y publicidad del Grupo Rumasa. No llegué al cargo porque fue cuando la expropiación.

-¿Dónde la vivió?

En Avilés. Los primeros días, la Policía no nos dejaba sacar un papel. Entré en el Banco Atlántico, llamado "la perla de Rumasa" antes que Ruiz-Mateos.