-¿Cuánto vale esta democracia?

-Nunca hemos tenido un desarrollo democrático tan valioso.

-¿La corrupción entra en algún indicio de calidad?

-España es una democracia no corrupta. La desactivación de focos de corrupción no acaba con el problema del desarrollo urbanístico. Nuestro crecimiento tiene que ver con el turismo y con la construcción y la corrupción está focalizada en el urbanismo. Su componente de escándalo lo hace más serio. Evidencia la vulnerabilidad de nuestros políticos ejercientes. Que mi representante tenga un precio indica el mal reclutamiento político, que afecta a todos los partidos, aunque se centre en determinadas zonas.

-¿Y no habla de la financiación de los ayuntamientos o de riesgos de la descentralización?

-Frente a todo lo avanzado con las comunidades autónomas arrastramos el problema de la financiación de los ayuntamientos desde inicios de la transición. Pero, por encima, no es funcional que la decisión final de urbanización esté en manos de un concejal y de un promotor sin mayores controles. No hablo de quitar competencias a un ayuntamiento, pero, como no está funcionando, sí de redistribuirlas.

-¿El laicismo habla de calidad?

-Estoy con John Locke en que el ámbito de las creencias particulares no puede imponerse a los demás, pero en España vivimos todavía atados por un acuerdo de 1979 con la Santa Sede que se ha quedado obsoleto, pero que se maneja muy bien desde el punto de vista político fanatizado. Hay una relación de privilegio entre la Iglesia y el Estado. En la transición la sociedad ya era descreída, pero hubo una recuperación por la vía folclórica de manifestaciones públicas de lo religioso.

-¿La memoria histórica tiene algo que ver con la calidad de la democracia?

-Poco. Soy de la opinión de Santos Juliá de que las memorias son de cada grupo y tienen derecho a expresarlas y al reconocimiento de la humillación que sufrieron, pero soy deudor de la transición que hicimos -fui diputado- y ni fuimos unos cobardes ni se nos olvidó reivindicar nada. Entonces se hicieron investigaciones, hubo pensiones de la guerra... no se está inventando nada. Acaso sólo en 1985, cuando se cumplieron los 50 años del estallido de la guerra, no se le dio la importancia debida.