Arturo ROMÁN

Cuando Javier Fernández se hizo con el congreso que le llevó a la Secretaría General de la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE), muchos hablaron de la privilegiada calculadora del hoy portavoz parlamentario socialista, Fernando Lastra, quien pronosticó, a base de logaritmos y ecuaciones, que Fernández le ganaría la partida al entonces candidato alternativo, Álvaro Álvarez.

Pero, como todo lo que sube, baja, aquella calculadora de Lastra, que alcanzó entonces su momento de gloria, vive hoy sus horas más bajas. Ahora, el portavoz no sabe no contesta sobre las encuestas del PSOE de cara al próximo «hecho electoral»: «No sé si el partido dispone de ellas, pero uno puede aproximarse al hecho electoral a través de otro tipo de experiencias que nos dicen que el PSOE volverá a ganar». Aunque, si se le aprieta, habla de mayoría absoluta: «Estamos muy cerca. Merecerá la pena el esfuerzo por salvar el escalón».

Y, después del último descalabro de la FSA en el Siero de Corrales, hay quien sospecha que el aparatito fenomonal ya no está en Santa Teresa, sino en Tuilla, cuna del secretario general del SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernández Villa. Visto lo visto en Siero, y lo mal que se calcularon allí los apoyos, hay quien se pregunta ahora si no serían los de Tuilla los que manejaban la calculadora cuando funcionaba bien, aunque fuese otro quien enseñase la maquinita. Vamos, que podría ser lo que se dice en estos casos: que unos cardan la lana y otros tienen la fama

Y, por si fuera poco, ahora que Masip está convaleciente, a Lastra le acaban de proponer acudir como observador a las elecciones albanesas. Habrá que ver qué cálculos hace allí.