Oviedo, María ALONSO

El medio ambiente ha sido objeto de enfrentamiento político durante los últimos cuatro años. Proyectos como la construcción de una incineradora en Serín y el embalse de Caleao, en el parque natural de Redes, han provocado que los dos socios de gobierno, PSOE e IU, se hayan enfrentado reiteradamente. Al final, las dos iniciativas, a las que se opone IU, han quedado en tablas y su puesta en marcha dependerá del partido que gobierne durante los próximos cuatro años, ya que ambos proyectos están en fase de «análisis».

En todo caso, ecologistas y conservacionistas, teniendo en cuenta la importancia que el apartado medioambiental tiene en una de las regiones con mayor superficie protegida del país, han decidido en esta ocasión elaborar una larga carta a los «reyes magos» de la política.

Diez entidades conservacionistas asturianas han plasmado en un escrito los proyectos que consideran que deben ser rechazados, y también las iniciativas que creen que es necesario desarrollar. En resumen, la mayoría de los ecologistas asturianos quiere menos infraestructuras y rechaza frontalmente proyectos como la construcción de nuevas líneas de alta tensión, puertos, autovías por espacios protegidos, centrales térmicas, minas a cielo abierto y la proliferación de parques eólicos en el Occidente.

Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, es tajante a la hora de valorar la situación medioambiental de la región. «Somos la región española con peor calidad del aire, la mayor emisora de CO2 y la segunda en incendios forestales».

Además, considera que el Principado tiene «la mayor cantidad de amenazas ambientales públicas, como la incineradora, las autovías, la regasificadora y la urbanización del litoral. Todas ellas cuentan con el agravante de que gran parte de los proyectos es realizada por la Administración, que gasta los dineros públicos sin valorar primero los impactos que van a generar y sin tener en cuenta el futuro». Por ello solicitan a los futuros gobernantes de la región que «sean serios, que se cumplan las leyes y que apuesten por un futuro mejor para todos los asturianos. Ese futuro mejor pasa por una mejor calidad de vida, y en ello influye tanto el paisaje como el paisanaje».

El presidente de la Plataforma en Defensa de la Cordillera, Emilio de la Calzada Lorenzo, pone, en el saldo positivo, el arranque «efectivo» del parque natural de Fuentes del Narcea. En el negativo, el desarrollo de proyectos como la nueva vía entre La Espina y Ponferrada. «El hermano fuerte de la Consejería, la sección de Infraestructuras, no puede pasar desapercibido. Se ha tratado de impulsar, contra la legislación ambiental, una autovía entre La Espina y Ponferrada, y ha mostrado una calurosa receptividad a la descabellada propuesta de los empresarios del hormigón para ejecutar ocho nuevos tramos de autovía en los próximos años», señala Emilio de la Calzada. Considera que «si hay que poner una calificación a la gestión ambiental del Principado en la última legislatura, en nuestra opinión, sería un suspenso». Por ello, buena parte de las asociaciones ecologistas de la región considera necesario que Asturias vuelva a contar con una consejería dedicada exclusivamente al medio ambiente.

En todo caso, para Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), en Asturias se parte de una buena situación. «Se ha llegado a blindar ante la avaricia y la especulación los mejores territorios. Eso es una buena estrategia y ahora lo que se necesita es poner en práctica medidas de conservación». Ahí es donde, para Hartasánchez, la región pincha. «No sabemos cómo manejar la fauna; la prueba está en lo que está ocurriendo con el urogallo o con los buitres. El manejo de la fauna es el gran problema que todavía tenemos que resolver».

En todo caso, en la recámara del Gobierno ha quedado la puesta en marcha del nuevo plan de ordenación de los recursos naturales de Asturias, que está redactado desde el año pasado pero que no ha visto la luz pública. El Principado preveía, en ese documento, crear más espacios protegidos en el centro de la región y en las cercanías de las principales ciudades asturianas. El proyecto supondrá una modificación de las líneas de protección establecidas y la creación de nuevas figuras que aumentarán la superficie protegida, que actualmente está aproximadamente en el treinta por ciento. El documento inicial planteaba la creación de cinco nuevos espacios protegidos cerca de las ciudades, que serán los nuevos «pulmones verdes» del centro. Sin embargo, el futuro mapa del paraíso natural tendrá que esperar.