Oviedo, Juan A. ARDURA

Los agentes sociales coinciden en la buena voluntad para sacar adelante el nuevo plan de concertación para el período 2008-2011, pero tienen serias dudas de que el acuerdo se pueda firmar antes de que acabe 2007, como pretende el Ejecutivo. Ésta es la impresión dominante entre los principales protagonistas de la negociación entre los sindicatos, el Gobierno regional y la patronal asturiana.

Si el presidente de los empresarios asturianos, Severino García Vigón, ya manifestaba antes de la reunión del pasado martes que apreciaba «muchas prisas» para cerrar el acuerdo, el secretario general de CC OO de Asturias, Antonio Pino, incidía ayer en ese mensaje. «Hemos avanzado algo, pero el Gobierno ha ido lento. Hace falta más agilidad y propuestas concretas por escrito», reclamó el dirigente sindical. Una posición que entronca con la de su homólogo de UGT, Justo García Braga, quien emplazó al Gobierno regional «a apretar el acelerador» para cerrar el acuerdo de la concertación.

Antonio Pino declaró que la concertación social «es fundamental para Comisiones Obreras, no porque Asturias se encuentre en una situación de prórroga presupuestaria, sino porque ese plan debe recoger las medidas necesarias para el desarrollo socioeconómico de la región». El secretario regional de Comisiones Obreras entiende que ahora «corresponde al Gobierno regional mover ficha para alcanzar el objetivo del acuerdo cuanto antes, aunque las prisas no son buenas». El representante sindical llamó la atención sobre el hecho de que algunos asuntos del plan de concertación «aún no han sido tocados» y destacó que el pacto social no se reduce «exclusivamente» al capítulo de inversiones. «Es una parte importante, pero no el todo del acuerdo social».

El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, manifestó, por su parte, que aprecia «una voluntad muy positiva de todas las partes» para alcanzar un acuerdo. Areces admitió que «todavía quedan por abordar trámites de la concertación», pero se mostró satisfecho de que «a lo largo de toda la negociación ha habido un clima positivo con voluntad sincera de llegar a acuerdos».

Uno de los aspectos en los que hicieron hincapié tanto la parte sindical como la empresarial en la negociación del pacto social fue en la condición, indispensable, de tener garantizada la financiación para todas las actuaciones que, finalmente, se firmen dentro del escenario, complejo, de la prórroga presupuestaria. El consejero de Industria, Graciano Torre, reconocía el pasado martes que la financiación de algunas obras dependerá, vía créditos extraordinarios, de la oposición parlamentaria. El Presidente añadió al respecto que confía «en que la sensatez se imponga».

Los dos partidos de la oposición, PP e IU, siguen hasta ahora la evolución de las negociaciones del pacto social desde la barrera. Aunque la prórroga presupuestaria les dará protagonismo, ya que tanto los populares como los antiguos socios de gobierno del PSOE pueden, con sus votos, jugar un papel decisivo en la aprobación de los créditos extraordinarios.

«La posición del PP sobre la concertación es que ahora el Parlamento se incorpora como actor a este proceso. Los grupos parlamentarios podremos hacer aportaciones en la tramitación de los créditos y enriquecer el proceso», manifestó Ovidio Sánchez, quien habló «del buen ánimo y de la buena voluntad del PP», aunque también envió un mensaje al Ejecutivo. «Si Areces intenta esquivar la prórroga presupuestaria con el pacto social, hay que decirle que ése no es el camino». El coordinador de IU de Asturias, Jesús Iglesias, reprochó al Gobierno socialista «su intento de instrumentalizar el pacto social, porque quiso convertirlo en un ariete en el marco del debate presupuestario». Iglesias coincide con los sindicatos en que el Ejecutivo «debería ser más serio y riguroso al abordar los asuntos realmente importantes para Asturias», si bien reitera la disposición de la coalición «para apoyar en la Junta General las inversiones que surjan de la concertación social».