Oviedo, Ángel FIDALGO

El Colegio de Críticos Gastronómicos de Asturias entregó ayer sus galardones anuales. Un año más, crearon -antes- expectación y -después- no defraudaron. Los premiados fueron arropados por cientos de personas que acudieron al hotel Husa Santo Domingo Plaza, en Oviedo, todos ellos del mundo de la hostelería.

Los premiados fueron los siguientes: Casa Gerardo (Prendes), al Restaurante Innovador; Casa Lula y Casa Emburria (El Crucero-Tineo), al Restaurante Clásico; Miguel Sierra (Avilés), premio de Dulcería; Casa Trabanco (Lavandera-Gijón), premio de Sidra; Los Arcos (Cangas de Onís), al Restaurante Heterodoxo, y la colección de libros «La comida de la vida», de la editorial Trea (Gijón). Ellos fueron los grandes protagonistas de la noche de la crítica gastronómica.

Eduardo Méndez Riestra, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA; Francis Vega, José Manuel Vilabella, Eufrasio Sánchez y Luis González Bada son el equipo de críticos que hace cinco años saltaron al complicado y comprometido campo de la gastronomía. Pero como regatean bien, según uno de los premiados, Pedro Morán, que fue también el encargado de agradecer los premios en nombre de todos los galardonados, no dudó en denominarlos «los cinco magníficos», en recuerdo de la gloriosa delantera del Zaragoza de mediados de los años sesenta.

Morán agradeció también el premio porque en esta ocasión no viene de «fuera», y por esta razón lo puso en más valor: «Es más importante recibir un premio en casa que fuera», sentenció el multipremiado cocinero.

Y como el salón del hotel estaba abarrotado, Morán aprovechó para recordar el «gran poder de convocatoria» que tienen estos premios, que en esta cuarta edición contaron con el patrocinio del grupo García Rodríguez Hermanos (GRH). «Y lo más difícil es que consiguieron, pese a que sean críticos, continuar siendo nuestros amigos», añadió.

El acto lo cerró Luis Bada con una reflexión en la que viene cavilando su colectivo desde hace ya tiempo. «El crítico gastronómico necesita un lenguaje literario nuevo y más rico para que sea capaz de explicar las nuevas corrientes de la gastronomía».

A renglón seguido, se refirió a la notoriedad que está teniendo la gastronomía regional en los suplementos de los medios de comunicación, «entre los que se encuentra el de "La Vida Buena"», de LA NUEVA ESPAÑA.

Los miembros del Colegio de Críticos Gastronómicos de Asturias coincidieron en señalar que el amor y el respeto es lo que los mueve a trabajar, con «crítica constructiva», para, junto con los profesionales de los fogones, conseguir que la gastronomía asturiana «continúe estando entre las primeras de España».

Del buen momento del que goza la gastronomía regional los críticos destacaron el I Campeonato de pinchos de Asturias, que contó con la colaboración de este periódico y que fue todo un éxito. También recordaron que el ovetense Rodrigo Roza es el campeón de España de pinchos.