Luanda (Angola), Efe

«Hemos venido a Angola para quedarnos, para trabajar juntos haciendo empresas, para hacer políticas de formación, para profundizar relaciones en el ámbito político y mejorar las relaciones institucionales a todos los niveles», declaró ayer el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, tras su reunión con el presidente de la República de Angola, José Eduardo dos Santos. Areces aprovechó esa reunión para trasladarle al presidente angoleño el interés de la comunidad autónoma y de España por establecer y potenciar las relaciones empresariales.

En su tercer día de estancia oficial en Angola, Areces se trasladó hasta el palacio presidencial junto al embajador español, el ovetense Javier Vallaure, y la consejera de la Presidencia, María José Ramos, tras haber mantenido una reunión con el presidente de la Asamblea Nacional, Roberto Almeida, encuentro al que también asistió la presidenta del Parlamento asturiano, María Jesús Álvarez. Según Areces, en este encuentro hubo «plena sintonía entre los objetivos que persigue Angola para construir su futuro y la idea que tiene España de África». Areces destacó que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con Miguel Ángel Moratinos como ministro de Asuntos Exteriores, ha elaborado el «plan más ambicioso de un país europeo» hacia este continente, el Plan África 2006-08, que «convierte a Angola en una prioridad política» que el Gobierno español quiere «plasmar en acuerdos».

La mejora y el fortalecimiento de los grandes servicios públicos, como la sanidad, educación y formación, junto al desarrollo de las infraestructuras y la industria agroalimentaria fueron los sectores que, según Areces, el presidente de Angola identificó como objeto de posible colaboración. Unas líneas que, según Areces, «coinciden básicamente con las estrategias marcadas» desde el Gobierno asturiano. Asimismo incidió en que Asturias es la primera comunidad autónoma española que viaja oficialmente a este país de África subsahariana en toda la historia de la democracia y que su experiencia industrial y en las grandes reconversiones realizadas en la siderurgia y minería pueden servir a un país como éste, con una población muy joven que aún debe superar los efectos de una guerra que se prolongó durante décadas.