Oviedo, Idoya RONZÓN

Las consecuencias de la huelga de los funcionarios de Justicia se hacen cada vez mayores. Todos los permisos de salida de los presos de la cárcel de Villabona -los que se encuentran en segundo grado, la mayoría- permanecen bloqueados desde el inicio del paro. Desde hace dos meses no sale a la calle ningún interno, a excepción de los que se encuentran en tercer grado y salvo los casos urgentes, como enfermedad de familiares. A día de ayer, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Asturias, que dirige la juez María Elvira Gutiérrez Fernández, tenía pendientes al menos 227 solicitudes, entre las propuestas por el propio centro penitenciario y los recursos presentados por los internos. No obstante, esta cifra podría ser más elevada, ya que habría que unirle nuevos procedimientos que presumiblemente se encuentren en el correo ordinario, sin abrir a consecuencia de las movilizaciones. Estos permisos ahora bloqueados no se pierden, sino que -los que se concedan- se acumulan para un futuro.

Pero el paro de los trabajadores no sólo afecta a los permisos. Toca también a infinidad de circunstancias personales de los reclusos. Y es que el Juzgado tiene también sobre la mesa 87 asuntos de presos pendientes de clasificación, esto es, por ejemplo, para pasar de segundo a tercer grado (lo que supondría el paso a la semilibertad). Además, sobre la mesa de la juez se acumulan también 151 expedientes de trabajados en beneficio de la comunidad pendientes de resolver.

Desde el inicio de la huelga quedaron también suspendidas las audiencias que Gutiérrez Fernández concede regularmente a los familiares de los presos. Además, hay 80 entrevistas con internos pendientes y 124 quejas de reclusos -normalmente relacionadas con la vida cotidiana de la cárcel- sin resolver. La huelga también ha paralizado los expedientes de arrestos de fin de semana -hay 35 pendientes- y el control de medidas de seguridad (internos con tratamientos psicológicos), 50.