Madrid, Agencias

El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, calificó ayer de «simulacro» y de «enorme fraude» el referéndum en el que los funcionarios rechazaron su oferta económica para poner fin a la huelga y convocó a los sindicatos a la mesa de negociación para hoy, viernes, a las diez de la mañana. En una rueda de prensa, el titular de Justicia apuntó que la votación fue un «enorme fraude no digno de un sistema democrático», ya que sólo se permitió votar a los huelguistas, «y no a todos».

«Se pretendía el no, y lo ha habido», señaló Bermejo, que acusó a los sindicatos de incumplir lo pactado en la madrugada del pasado martes, al pedir el no en la consulta celebrada cuando el compromiso era someter la propuesta «para su aprobación» a referéndum de los funcionarios. El Ministro dirigió una carta a las ejecutivas federales de los sindicatos convocantes de la huelga (CC OO, UGT, CSI-CSIF y STAJ) pidiendo que rectifiquen su postura y cumplan ese compromiso y anunció que preparó una nueva instrucción de servicios mínimos, para aumentarlos e incrementar los mecanismos de control donde sea necesario. Preguntado por las peticiones de dimisión que le han dirigido los sindicatos, Bermejo contestó: «Este conflicto lo va a arreglar este ministro, no les quepa duda. Mi futuro será el que el presidente del Gobierno y yo queramos, pero no van a ser el PP ni esta huelga quienes decidan».

El titular de Justicia fue firme al referirse a algunas de las reivindicaciones de los sindicatos, que el Ejecutivo no podía aceptar «en ningún caso». Frente a estas reivindicaciones, el titular de Justicia contrapuso la actuación del Gobierno, que desde el primer momento se encontró con «un muro de intransigencia traducido en la inexistencia de contrapartida alguna». Pese a todo, el Ministro se reconoció optimista y aseguró que el Gobierno mantendrá su disposición a la negociación. «Creo que el servicio público de Justicia deber ser puesto en marcha de nuevo ya», concluyó Bermejo, tras comprometerse a hacer todo lo que esté en su mano para poner fin a esta huelga, que «dura ya más de lo debido».