Oviedo, Idoya RONZÓN

En el teléfono móvil de Luis Pérez, delegado de justicia en Asturias de CSI-CSIF, suena la banda sonora de «Misión imposible». Es su tono de llamadas entrantes desde el inicio de las negociaciones con Justicia. Ayer, tras 61 días en huelga y catorce encuentros con representantes del Ministerio en Madrid, la «misión imposible» llegó a su fin. Tendrá que cambiar el «politono».

Luis Pérez fue uno de los representantes sindicales presentes en la reunión maratoniana que este fin de semana llegó al acuerdo que enterrará definitivamente la huelga. La conversación con LA NUEVA ESPAÑA se mantiene mientras él se encuentra aún en la capital. Está a las puertas del Ministerio. De fondo se escuchan los pitidos de los trabajadores concentrados. Hasta cuesta mantener el diálogo. Y es que la crispación se mantenía ayer a flor de piel, tras la retirada de los representantes de justicia de CC OO y UGT de la mesa de negociación.

Cuatro de la tarde del sábado. Los delegados sindicales, el asturiano Luis Pérez entre ellos, entran en el Ministerio. Les esperan Mariano Fernández Bermejo y su equipo. Hablan, anulan, vuelven a hablar. Esto sí, esto no. «Inadmisible». La propuesta ministerial, según los sindicatos, es «claramente insuficiente». Es la decimocuarta mesa de negociación y Bermejo se retira, a ver quién tira más de la cuerda. «Voy a buscar petróleo», les dice, para cubrir las reclamaciones sindicales. Eran las ocho de la tarde.

Los trabajadores permanecen en los salones del Ministerio. A ver si vuelven. El reloj avanza y no hay rastro de Bermejo, relata Luis Pérez. ¿Qué hacer en todo este tiempo? Los delegados aprovechan para revisar documentos, analizar textos, definir posturas. Las dos de la mañana y, con la lección ya bien sabida, la cosa se relaja: cantan, cuentan chistes... Antes, cenaron, a cuenta ministerial. Bocadillos, café con leche, refrescos y agua, mientras el Ministro «decide».

A las tres de la mañana, Fernández Bermejo regresa a la sala. Lanza su oferta. Los trabajadores deciden pedir un receso y los móviles empiezan a funcionar. Desde el inicio de la huelga, los trabajadores se «cruzan» sms a velocidad pasmosa, especificando las propuestas del Ministerio, no importa la hora, aunque sea intempestiva. La mesa continúa, pero sin acuerdo. A las siete menos cuarto de la mañana se suspende, hasta las cuatro de la tarde. Vuelta a empezar.

Fue a media tarde de ayer cuando se alcanzó el acuerdo. Según Luis Pérez, la tensión se palpaba en el aire, «fueron muchas horas de trabajo y poco descanso». Finalmente, la propuesta satisfizo a todos los presentes, aunque CSI-CSIF y STAJ la someterán hoy a la votación de los trabajadores. «Fueron ellos los que decidieron en asamblea ir a la huelga indefinida y tienen que ser ellos los que la finalicen», apunta.

Ignacio Quintana, delegado de justicia de CC OO en Asturias,una de las claves de las movilizaciones en Asturias (el sindicato es mayoritario en el Principado), se mostraba ayer de acuerdo con la oferta. «Es una buena oferta, aunque considero que debía someterse al criterio de los funcionarios. Pero yo no tengo el poder de decidir eso -apuntó-. Mañana (por hoy) daré las explicaciones oportunas en la asamblea. Es una buena propuesta. Todos debemos salir unidos de esta huelga».

Otro de los puntos del compromiso afecta a cómo se recuperará el trabajo acumulado y de qué manera afectará al bolsillo de los trabajadores que han secundado el paro, que tendrán una merma en sus ingresos de casi 2.500 euros. Estos descuentos se realizarán de una manera flexible, por plazos. Además, los trabajadores recuperarán parte de esa cantidad gracias a los complementos por productividad que cobrarán para sumir el trabajo atrasado.