«El heredero de Suresnes» relata este proceso de reafirmación de lo que, de acuerdo con sus datos, podría denominarse «felipismo radical» de Zapatero. Saavedra nos coloca en su sitio la inquietante figura de González, consejero áulico del millonario mexicano Slim y del rey de Marruecos, y en general siempre próximo a millonarios tenebrosos del tipo de Aniceto Fernández Ordás (¿se acuerdan?). Saavedra pormenoriza con información abundante y buen ritmo narrativo la nueva «toma del poder» por los socialistas a partir de los atentados del 11 de marzo de 2004. La narración del atentado, hecha desde su experiencia de testigo radiofónico y televisivo impotente, asombrado, horrorizado, apenado e indignado, es literariamente magnífica, y la conclusión sombría: «A veces, por no decir la mayoría de las ocasiones, la parte que obtiene provecho de cualquier acto es muy probable que esté detrás de dicho acto». El libro no sólo narra hechos recientes que cambiaron España, sino que también denuncia el «patriotismo de partido» de los políticos profesionales o la moral que desaparece con la práctica política. Una severa crítica del PSOE, en fin, por alguien que nunca dejó de ser socialista.