Oviedo

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A. ÁLVAREZ /

J. M. PIÑEIRO

Francisco Álvarez-Cascos considera que sólo la « cirugía» puede acabar con la «esclerosis» que atrofia al Partido Popular (PP) asturiano. El ex secretario nacional del partido, ahora afiliado en Madrid, es muy crítico con la situación del partido, donde «un grupo cada vez más pequeño, con el apoyo de Génova -sede de la dirección nacional-, juega cada dos o tres años a las cuatro esquinas para renovarse a sí mismo». Ningún dirigente del PP regional ni del Ayuntamiento de Oviedo quiso comentar estas palabras.

Es la tercera vez en poco tiempo que el ex vicepresidente primero del Gobierno y ex ministro de Fomento sale a la palestra. Lo hizo antes de las elecciones, para cuestionar que las candidaturas fueran capitaneadas por alcaldes. Tal planteamiento -Cascos defendía el criterio asentado en el partido, favorable a que cada dirigente asuma un solo cargo- chocó con la decisión de Gabino de Lorenzo, regidor de Oviedo, de encabezar la lista por Asturias. De hecho, el ex secretario general apoyaba al veterano Isidro Fernández Rozada como número uno.

La segunda es más reciente. Cuando se sucedían los pronunciamientos de barones a favor de Mariano Rajoy, Cascos destacó que en los congresos del PP, contra lo que sucede en los del PSOE, cada compromisario tiene libertad de voto. También aconsejó que «no se entierre el debate por aclamación» y llamar a las cosas por su nombre: «Derrotas a las derrotas y victorias a las victorias».

La tercera es la entrevista publicada ayer por la revista «La Clave». En sus declaraciones, Álvarez-Cascos subraya la caída de voto sufrida por el PP en Asturias el 9-M. La candidatura del PP pasó de sumar 307.977 sufragios en 2004 a 289.126 en marzo.

En su opinión, no es un dato para pasar por alto, sino para analizarlo y tomar medidas en consecuencia: «En Asturias hemos registrado el mayor retroceso de toda España... Sin cirugía no habrá remedio a la esclerosis». A su juicio, los mayores problemas del PP están en Cataluña, País Vasco, Andalucía, Aragón y Asturias.

La lejanía entre la dirección regional y Álvarez-Cascos no es secreto alguno. En las últimas campañas, el ex ministro no protagonizó ningún acto en la región. Sí lo hizo en otras comunidades, como Galicia, Castilla y León o Madrid. Y ya en 2004, cuando anunció que no volvería a encabezar la candidatura al Congreso por Asturias, decidió hacerlo en la Delegación del Gobierno -no en la sede del partido-, rodeado de su familia, sin dar recado previo a la dirección regional y sin incluir una palabra de recuerdo para el presidente, Ovidio Sánchez.

Pero hasta ahora, Álvarez-Cascos no se había pronunciado con tanta crudeza sobre la situación interna del partido. Sólo empleó similar contundencia a la hora de darse de baja en Asturias, con expresiones muy críticas para con la presidenta de Gijón y ahora diputada en el Congreso, Pilar Fernández Pardo.

Las palabras de Cascos llegan cuando el PP asturiano está dándole vueltas a su propia renovación. Ovidio Sánchez ha anunciado su deseo de volver a competir por la presidencia del partido en el congreso de otoño. Al tiempo, ha asegurado que no volverá a ser candidato al Principado. Sánchez ya lideró la lista en tres ocasiones: 1999, 2003 y 2007.

Sobre la mesa no hay ningún candidato alternativo. Un grupo de dirigentes locales -incluidos los parlamentarios Emilio Rodríguez y Luis Peláez- anima a Alicia Castro, ex diputada en el Congreso, a saltar a la arena. Castro, que en septiembre anunció su retirada de la primera línea política por supuestas razones empresariales, se ha dejado querer, pero aún no ha desvelado sus planes. Fuentes del PP avilesino aseguraron que hoy dará una rueda de prensa en la ciudad.

Cascos no entra al detalle de estas cuestiones, ni toma partido por alguna de las facciones internas del PP asturiano. La referencia a la actitud de Génova -sede de la dirección nacional del partido- sí deja ver, en cambio, su malestar con la actitud tomada por la cúpula nacional sobre algunos de los sucesos ocurridos en Asturias. Por ejemplo, las supuestas irregularidades ocurridas en Gijón, los cruces de descalificaciones o el poco escrúpulo en el cumplimiento de las reglas internas.

«El objetivo de la estrategia de un partido es ganar elecciones, no ganar congresos» «La elección de Soraya Sáenz de Santamaría no es un buen comienzo de la renovación deseable» «Con Rajoy será posible ganar en la medida en la que él esté dispuesto a impulsar la renovación necesaria» «La UCD se rompió por las baronías, y no debemos olvidarlo»

«Los mayores problemas del PP están hoy en Cataluña, País Vasco, Andalucía, Aragón y Asturias»