M. M. / V. D. P.

Proaza,

M. M. / V. D. P.

Proaza,

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ya ha advertido a Elena Salgado, ministra de Administraciones Públicas y diputada por Cantabria, de que hará frente común con Asturias y Galicia en la negociación para modificar el sistema de financiación autonómica. Es decir, defenderá que se tengan en cuenta desde la orografía hasta el envejecimiento de la población y su dispersión, elementos «que multiplican por diez el coste de los servicios públicos respecto a Madrid o Andalucía», afirmó.

El presidente cántabro también criticó la actitud de los catalanes y su defensa de las balanzas fiscales a la hora de negociar la próxima financiación autonómica. Un sistema que calificó de «injusto, porque se carga además la razón que justifica la existencia y el pago de impuestos».

Miguel Ángel Revilla llegó ayer a Asturias para acompañar a «Furaco», el oso pardo cedido por Cantabria para aparear a las osas «Paca» y «Tola». Un acto muy celebrado y que se desarrolló en dos tiempos: el de los discursos oficiales en la Casa del Oso de Proaza y el primer encuentro físico de los tres osos en el cercado especialmente construido para el acontecimiento en Santo Adriano. En este marco, Revilla y Areces anunciaron que en este año se celebrará la tercera cumbre astur-cántabra, aún sin fecha.

Un entusiasta presidente de Cantabria remarcó en varias ocasiones que cuando venía a Asturias no siente que salga de su casa, porque son muchas las cosas que ambas comunidades tienen en común y que «las montañas no pueden separar».

Y una de ellas son las características que deben marcar, a su juicio, la financiación autonómica. «La orografía en Asturias y en Cantabria es muy complicada, hay dispersión geográfica, envejecimiento de población y un coste de servicios públicos mucho más elevado que en otras comunidades autónomas». Todo ello conlleva que «no se puede dividir habitante entre renta para decidir la financiación autonómica. Los impuestos son para corregir desigualdades a nivel individual, colectivo y territorial», afirmó el presidente cántabro.

Areces añadió que Asturias, Galicia y Cantabria defenderán una serie de principios como la multilateralidad y la solidaridad territorial. «Porque no son los territorios los que tributan, sino las personas. Son las personas las que producen esa fiscalidad, y, por tanto, la distribución y la solidaridad a través de los fondos de suficiencia tienen que mantenerse». Y remarcó que «éstos son preceptos constitucionales y de las leyes que prevé la financiación autonómica».

El presidente de Asturias matizó que el criterio de población ya figura en el modelo actual de financiación con un peso importante. «Pero hay comunidades que hacen planteamientos basados en estudios de aquí y de allá que sostienen que tiene que primar más el aspecto poblacional».

Areces y Revilla anunciaron que este año se celebrará la tercera cumbre astur-cántabra, «porque la política de buena vecindad hay que demostrarla con hechos concretos que tienen que servir a los ciudadanos en la resolución de sus problemas». El ejemplo es que, como resultado de las dos cumbres anteriores, «se pusieron en marcha servicios en las zonas fronterizas y otras muchas cosas que están funcionando bien». Así que, en breve, ambos gobiernos regionales fijarán el calendario de una nueva cumbre.

El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, trasladó ayer con su desparpajo habitual al presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces, «la responsabilidad» de convocar una reunión «urgente» entre ambas comunidades autónomas y Galicia para abordar el futuro del sector lácteo en España. Fue la consecuencia del resumen que Areces hizo de la decisión adoptada en la última cumbre astur-galaica, en la que se acordó implicar, además, al Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente y a las industrias lácteas.

«Está muy bien, pero la cuestión, Tini, es que urge, porque se está atravesando un momento muy delicado que puede suponer cargarse la forma de vida, la cultura y la ecología en las zonas rurales. Tenemos una enorme responsabilidad para abordar este asunto con urgencia», le insistió Revilla a Areces ante los medios de comunicación.

Una responsabilidad que el presidente del Principado aceptó, pero advirtiendo de que la situación tiene características peculiares y distintas en Asturias, Galicia y Cantabria y con las industrias lácteas. «No tenemos todas las llaves en nuestra mano, salvo que se involucre la industria láctea», afirmó.