Oviedo, Alejandro ÁLVAREZ

El puente del primero de mayo de este año resultó, turísticamente, más corto de lo habitual, tal como habían advertido días atrás algunas asociaciones de turismo de la región. Los visitantes, en su mayoría procedentes de la Comunidad de Madrid, redujeron en una jornada su estancia media en la región.

A pesar de esta «pronunciada» merma, las asociaciones turísticas calificaron ayer de «positivo» el alto índice de ocupación, que rozó el lleno absoluto en el Oriente, y el elevado nivel de consumo, propiciado, en buena medida, por las condiciones meteorológicas, que acompañaron durante buena parte del fin de semana.

La Asociación de Turismo de Ribadesella (Aritur) destacó que durante los tres días centrales del puente (jueves, viernes y sábado), los hoteles y los restaurantes de la comarca estuvieron repletos, viéndose obligados en muchos casos a colgar el cartel de lleno. Las empresas de turismo activo de los Picos de Europa también se mostraron satisfechas con los resultados del período vacacional.

«En líneas generales, el puente fue más corto de lo habitual, no lo vamos a negar, pero muy intenso. Los tres días punteros estuvo todo a tope», valoró un portavoz de Aritur. El resto de las asociaciones de turismo de la comarca coincidió también en señalar que, en líneas generales, la festividad colmó «plenamente» las expectativas de todo el sector turístico. «Quizás el hecho de que el puente haya caído en fin de semana ha evitado que algunos visitantes hayan ampliado su estancia, como venía siendo habitual estos últimos años». Los establecimientos hoteleros de la zona de los Picos de Europa y del Cares fueron los que más lamentaron la «pronta» marcha de los turistas.

«En nuestra zona es muy habitual, o lo era al menos, que los visitantes más activos, turísticamente hablando, alargaran varios días su estancia en nuestra región para poder disfrutar de las actividades de riesgo sin tantas aglomeraciones. Pero el domingo a mediodía ya pudimos observar cómo el grueso de los turistas abandonaba la zona», apuntó el máximo responsable de Aritur, Juan Luis Toribio.

En el Occidente, el índice de ocupación fue más bajo. La mayoría de los establecimientos apenas superó el 70 por ciento, y eso en el mejor de los casos. En los Oscos hubo establecimientos que apenas pudieron alcanzar el 40 por ciento de su capacidad, según reconocieron las asociaciones de Oscos-Porcía. La zona interior, sin embargo, logró atraer a más turistas de lo habitual. La comarca de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias fue una de las más favorecidas.

Un año más, los lagos de Covadonga volvieron a ser el destino más atractivo para los visitantes, por delante de Proaza, que desde el desembarco de «Furaco», el oso pardo que va a fecundar a «Paca» y «Tola», se ha convertido en un reclamo turístico de masas.