Madrid / Oviedo, M. M.

La ejecutiva federal del PSOE decidió ayer por unanimidad iniciar «ya» la negociación para la reforma del modelo de financiación autonómica, para que entre en vigor en 2009. La dirección del PSOE atendió así los compromisos con el presidente de Cataluña, José Montilla, y desoyó la recomendación de Felipe González. El ex presidente había aconsejado que se diese prioridad a la lucha contra la crisis. El debate sobre la financiación, razonaba, podía esperar a mejores tiempos. Éste era también, en buena medida, el criterio de la Federación Socialista Asturiana (FSA).

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que la reforma de la financiación autonómica «no es un debate entre territorios, es un debate para las personas, para la Educación y para la Sanidad». En un intento de tranquilizar a los dirigentes socialistas de las regiones «pobres», añadió que «se van a mantener siempre los principios de cohesión y de solidaridad para que los ciudadanos tengan los servicios adecuados vivan donde vivan, teniendo en cuenta que hay circunstancias diferentes».

Zapatero insistió en que el Gobierno va a trabajar «en un modelo que pueda ser suscrito y apoyado por todas las comunidades autónomas», incluidas las del Partido Popular. Consideró lógico que «cada una ponga por delante sus intereses» y garantizó que el Estado «será responsable en cualquier caso de al menos el 50 por ciento del gasto público total».

El planteamiento de Zapatero fue asumido por unanimidad por la ejecutiva federal, de la cual es miembro el asturiano Álvaro Cuesta.

La reforma de la financiación autonómica ha dado lugar a la formación de frentes territoriales, por encima de siglas políticas. Así, comunidades «ricas» como Cataluña y Valencia defienden criterios similares, con independencia de las diferencias ideológicas de sus gobiernos. El Ejecutivo asturiano comparte en buena medida los criterios de los gobiernos de Galicia, Extremadura, Cantabria y, con matices, Andalucía.

Sobre la financiación autonómica se extiende el informe que debatirá el viernes el comité regional del PSOE. El texto, redactado por su secretario general, Javier Fernández, sostiene -como lo habían hecho González y Chaves- que lo urgente es concentrar los esfuerzos para hacer frente a la crisis económica, y no en debatir la financiación. El mismo texto reconocía, no obstante, que sería difícil posponer la discusión de la financiación de la agenda política. El planteamiento de la FSA fue apoyado por PP e IU.

El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, también se expresó ayer en el mismo sentido: «Es evidente que esa reforma no exige una premura tan intensa como alguna comunidad intenta poner», afirmó, en alusión a Cataluña. En opinión de Areces, esta negociación se tiene que desarrollar con «sosiego, racionalidad, buscando el acuerdo entre todos y, sobre todo, en un marco multilateral, que es lo que reivindicamos las comunidades de nuestro país que estamos en el régimen común. Gran parte de ellas, sin duda, participa de este criterio».