Arturo ROMÁN

No sólo de pan vive el hombre, dice el refrán. Y no sólo de financiaciones y de poner límites a la solidaridad con el resto de España viven los nacionalistas catalanes. De ello dio buena prueba Jordi Pujol, durante su visita a Asturias el pasado lunes para presentar el libro de sus memorias. Durante una comida con el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, líderes de la oposición, los libreros que le habían traído a la ciudad y un reducido grupo de personalidades, el que fuera durante lustros muy honorable presidente de la Generalitat de Cataluña dio muestras de sus grandes conocimientos futbolísticos. No ocultó en ningún momento su tristeza por la situación del equipo de sus amores, evidentemente el Barcelona, del que dijo ser un «culé sufridor». Pero también analizó la situación del Sporting, al que vio muy bien encaminado para lograr el ascenso a Primera División. También conocía los problemas del Oviedo y aseguró que en esas situaciones había que ser fuerte y tener aguante para pasar la travesía del desierto y volver a jugar con los grandes del fútbol español.