Oviedo, L. Á. VEGA

La Guardia Civil asturiana celebró ayer su 164.º aniversario con el corazón dolorido por el asesinato del guardia Juan Manuel Piñuel a manos de ETA. «Lo que iba a ser un acto alegre y solemne se ha visto truncado por la violencia y la barbarie, que no nos van a hacer variar nuestro rumbo», aseguró un entristecido pero firme coronel Alfonso Santos, jefe de la Guardia Civil en Asturias. La Benemérita suspendió buena parte del programa previsto para la mañana de ayer en el cuartel del Rubín, como el vino español que iba a seguir al acto institucional de la fundación de la Benemérita.

El delegado del Gobierno, Antonio Trevín, expresó su condena por el asesinato de Piñuel y advirtió a ETA de que «el Gobierno la seguirá combatiendo». Calificó de «buena noticia» el respaldo ofrecido al presidente Zapatero anteayer en el Congreso y afirmó que «ETA ha dado un paso más, si le quedaba alguno que dar, para distanciarse de cualquier persona de buena voluntad». Y manifestó el «orgullo» de la sociedad española por la Guardia Civil.

Pocas palabras más hubo en el acto, que se inició con un minuto de silencio y se completó con la entrega de las medallas al mérito de la Guardia Civil. Acudieron los delegados de Marina, el capitán de navío José Rodríguez; y de Defensa, el coronel Baldomero Argüelles; el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro; el alcalde de la ciudad, Gabino de Lorenzo; los presidentes del TSJA, Ignacio Vidau, y de la Audiencia, Ignacio Álvarez; el jefe superior de Policía, Baldomero Araújo; el director de Seguridad, Julián González, y el coronel del regimiento «Príncipe», Miguel Alcañiz.