Oviedo, Idoya RONZÓN

La prisión de Villabona ha roto la barrera de los 1.500 presos. Ésta era la cifra «maldita» que la Fiscalía Superior de Asturias ponía como tope para reconocer el colapso que padece la cárcel asturiana. Según la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, la capacidad operativa de Villabona, esto es, la posibilidad real de la cárcel de funcionar adecuadamente, es de 1.300 internos, 200 menos de los que hay en la actualidad. Aun así, este número calculado por Madrid dista, y mucho, de lo que sería la verdadera situación idónea del centro, que fuentes penitenciarias sitúan en 977 reclusos. El fiscal de vigilancia penitenciaria de Asturias, Juan José Martínez Junquera, contenía la alarma hasta que se sobrepasaran los 1.500 reclusos. Ya ha sucedido: la prisión, con 820 celdas, cuenta ya con 1.504 presos, con lo que su «capacidad real» de funcionamiento ya es sólo teoría.

Se trata, con mucho, de la mayor cifra alcanzada en la cárcel asturiana, al menos en la última década, y de una situación preocupante que se palpa en el día a día de los trabajadores. Según José Carlos Díez de la Varga, director del centro penitenciario, «este nivel de internos condiciona toda nuestra actividad, incluida la terapéutica». Y ésta es muy elevada: unos 560 presos reciben actualmente tratamiento psiquiátrico, lo que supone más de un tercio del total de la población reclusa asturiana. «Llegaremos hasta donde podamos», apunta De la Varga.

El 31 de diciembre de 2000, Villabona tenía 1.043 internos; en 2001, un total de 1.136; en 2002, esta cifra se elevó de nuevo, llegando a los 1.295; el 31 de diciembre de 2003 había 1.308 reclusos y en 2004 se produjo un descenso hasta los 1.278, pero duró poco, porque en 2005 aumentaron a 1.353. En 2006, la prisión finalizó el año con 1.402 presos.