A algunos les choca que un 70 por ciento de españoles (y un porcentaje aún mayor de suecos) prefiera un encuentro de fútbol a un encuentro sexual. Ahora bien, ni fútbol ni sexo son lo que parecen. Ciñéndonos hoy al fútbol, diremos que la pasión por los propios colores, y el modo de darle rienda, es el más intenso rito de inmersión en la masa que se conoce en tiempo de paz. A Elías Canetti nunca se le ha tomado en serio como científico asistemático, y se le condena a literato, pero sin sus estudios sobre la masa humana es difícil entender nada. La inmersión en la masa es un cambio de estado que el individuo necesita para no consumirse en la individualidad. De esa necesidad se libra el artista, pero es porque practica otra inmersión, en este caso en la masa del universo creativo. Son todos ellos rituales de comunión -de reingreso en lo común- y, por supuesto, eminentemente religiosos.