Madrid, Módem Press

«Ya sólo falta que me nombren xanina del Centro Asturiano». Con una dosis de buen humor recibió Sabino Fernández Campo, conde de Latores, ayer, el título de presidente de honor del Centro Asturiano de Madrid, institución en la que copa los más altos galardones y que suma a un inabarcable ramillete de condecoraciones de todo tipo, «incluso soy presidente de honor del Club Asturiano de Tai-Jitsu y cinturón negro», bromeó ante los asistentes.

«San Sabino», según la denominación con la que se dirigió a él el presidente del centro, Cosme Sordo Obeso, se mostró halagado con el nuevo título y afirmó que «merece la pena vivir noventa años para ser nombrado presidente de honor de esta institución».

Sabino Fernández Campo mantiene una estrechísima relación con el Centro Asturiano y en su alocución de agradecimiento evocó varias anécdotas del mismo, incluidas algunas de la época, en la que el hogar astur-madrileño ocupaba un inmueble en la calle Arenal.

Cosme Sordo Obeso justificó la entrega del título honorífico por la labor de Sabino Fernández Campo «en favor de España durante el intento de golpe de Estado de Tejero, su apoyo a la Fundación Príncipe de Asturias y su colaboración en los proyectos del Centro Asturiano».

Asistieron al acto, entre otros, María Teresa Álvarez, esposa de don Sabino; Rafael Puyol, Efrén Cires, Francisco Rodríguez, el Padre Ángel, Rafael Montini, el embajador González Amaro, Juan Luis Iglesias Prada, Mari Paz Pondal, Fernando Suárez y Aurelio Menéndez.