Oviedo, L. Á. V.

Oviedo, L. Á. VEGA

Víctima del primer acercamiento del PP a los nacionalistas -Pujol pidió su destitución al frente de los populares catalanes a cambio de apoyar el primer Gobierno de Aznar, en 1996-, Alejo Vidal-Quadras (Barcelona, 1945), actual vicepresidente del Parlamento Europeo, comprende muy bien la situación en que se encuentra María San Gil, presidenta del PP vasco, y advierte del coste que tendrá su marcha.

-¿Cómo deja al PP la marcha de María San Gil y Ortega Lara?

-Son episodios gravísimos. Yo los calificaría de auténtica tragedia. Si una persona del prestigio, de la reputación, de las cualidades que tiene María San Gil decide retirarse de una ponencia política y abandonar sus responsabilidades en el partido, es que tenemos un problema grave. Es terrible prescindir de una mujer tan excepcional, que es un referente, no sólo dentro del partido, sino para muchísimos españoles, por su firmeza frente al terrorismo de ETA. Si Ortega Lara dice que se va porque no está a gusto con determinada línea del PP, es que el problema es gravísimo. Yo no puedo entender cómo la dirección general ha permitido que se llegue a esto. El coste electoral de estos sucesos será, sin duda alguna, desastroso.

-¿Hacia dónde va el PP?

-Pues no le puedo contestar, porque no lo sé. En este próximo congreso se verá. Van a contraponerse dos líneas conceptuales y estratégicas. Hay una que pretende, bajo el nombre de la moderación y el centrismo, un debilitamiento de las posiciones en relación al modelo de Estado y a valores sociales y morales. Y hay otra que, por el contrario, pretende reforzar el compromiso del PP con la unidad nacional y con valores como el mérito, el esfuerzo, la defensa de la vida y el absoluto rechazo a la negociación con los terroristas. Son valores que a nuestro juicio dan fuste y fuerza a la sociedad. Estas dos líneas, que algunos han calificado de forma simplista de «blanda» y «dura», se van a contraponer en el congreso.

-¿Deberían materializarse en dos candidaturas?

-Por ahora parece que sólo habrá una y que el candidato único y oficial se supone que aclarará cuál es su posición cuando se discuta la ponencia política. De hecho, la renuncia de María San Gil ha sido ya un adelanto de ese debate.

-Acercarse a los nacionalistas, como proponen algunos sectores, ¿puede dar resultado?

-En términos políticos y éticos, el nacionalismo de raíz étnico-lingüístico-cultural-separatista es lo opuesto a los ideales y los principios del PP. No puede haber nada más alejado. En términos electorales, tener una postura de gran firmeza frente a los nacionalistas e intentar por todos los medios legítimos y democráticos neutralizar su influencia, ¿da o quita votos? Mi experiencia al frente del PP de Cataluña entre 1990 y 1996 me dice que hay una parte muy importante del electorado que responde muy positivamente a esa firmeza. Esos años tripliqué los escaños en el Parlamento de Cataluña con una oposición muy dura y firme frente al nacionalismo del señor Pujol. Si hemos de respetar la evidencia empírica, la firmeza ante los nacionalistas y el rechazo absoluto a cualquier colaboración con ellos no sólo es coherente con lo que es el PP, sino que en términos electorales, si se hace bien, porque hay que saber comunicar, la gente responde positivamente.

-¿Se ha puesto las pilas el Gobierno con el terrorismo?

-El Gobierno ha jugado con el futuro de España de una manera irresponsable. Al final se ha encontrado con lo que algunos ya le advertimos desde el principio, que ETA tiene un programa máximo al que no va a renunciar en absoluto y que toda negociación con los terroristas es una pérdida de tiempo, aparte de una inmoralidad. Es un puro disparate político, moral y práctico. Ahora el Gobierno se ha rendido a la evidencia y ha vuelto a la política de combate policial y judicial contra la banda criminal, que es lo que debe hacer. Pero, la verdad es que, después de lo que hizo, es muy difícil volver a otorgarle confianza en este terreno. Nadie nos asegura que si en un momento dado cambia el viento pueda volver a intentar la negociación. Éste es un Gobierno que ha demostrado que no es fiable.

-¿Les falló la comunicación?

-El PSOE ha fabricado una imagen falsa del PP como un partido retrógrado, arcaico, homófobo, misógino, limitador de derechos, antipático, ultraconservador, que no tiene nada que ver con lo que es el PP de verdad, que es un partido de centro-derecha, europeo, moderno, civilizado, sensato. Han conseguido que mucha gente se crea esa imagen repulsiva. En términos de comunicación, intoxicación y falseamiento de la realidad son mucho mejores que nosotros. Nosotros, por desgracia, tenemos más escrúpulos.

-Pero también ustedes mismos parece que se la han creído.

-Es la segunda consecuencia, mucho más preocupante. En el seno del propio PP hay gente que se ha acomplejado y que ha creído que para combatir eso, lo que hay que hacer es renunciar a cosas que para nosotros han de ser irrenunciables. Bajo la idea de que hemos de tener una imagen más suave, agradable y simpática, corremos el peligro de perder nuestras esencias, y eso es lo que ha pasado con María San Gil. Es el ejemplo claro de lo que ocurre siguiendo ese camino de acomplejamiento y de querer agradar al adversario.

-¿Y hay riesgo de escisión?

-Ahora nadie está pensando en una escisión. Lo que sí digo es que en este congreso puede pasar de todo. Espero que Rajoy sea consciente del problema y haga un gran esfuerzo de integración. Hoy las cosas están mal.

Más información en las páginas 66 y 67

-Usted es miembro de Comisión Europea de Industria y Energía. ¿Cómo valora los cambios que se avecinan en el sector en España? Por ejemplo, la subida para el usuario.

-Yo creo que la Comisión Nacional de la Energía actúa correctamente al intentar que los precios reflejen la realidad de los costes. En el ámbito europeo estamos estudiando un paquete legislativo para suprimir las tarifas reguladas.

-Con energía atómica se dispondría de energía más barata.

-La energía nuclear, en términos de seguridad de suministro, de competitividad y de emisiones de carbono, es muy ventajosa frente a las energías convencionales. También es más barata, proporciona energía continua y puede responder más a las necesidades del sistema que las energías renovables. Puede solucionar el problema de la energía europeo a medio plazo. En un plazo mayor, a partir de 2050 o 2060, todo hace prever que habrá soluciones tecnológicas que ya permitirán un nuevo modelo energético. Mientras eso no llegue, con los precios del petróleo como están y el problema del cambio climático, la energía nuclear es indispensable. Hay que revisar los programas de eliminación de energía nuclear de determinados países europeos, España entre ellos, y construir una nueva generación de reactores. Es lo que están haciendo Finlandia, Francia, los países del Este, EE UU, la India o China. Debemos ser realistas.

-Ese rechazo en España, ¿no será supersticioso?

-No es más que una cuestión ideológica, no tiene base tecnológica ni científica. Cierta izquierda considera que una posición antinuclear es ventajosa electoralmente y responde a una planteamiento progresista, una cosa absurda, porque lo progresista es que la gente disponga de kilovatios a un precio razonable. La realidad se acaba imponiendo y dentro del PSOE y los sindicatos hay ya voces autorizadas que señalan que hay que pensar sobre este asunto. Un rechazo y una posición dogmática y cerrada sería suicida para España en términos económicos y de bienestar social.

-¿Qué futuro le cabe al carbón en ese panorama?

-Hay grandes reservas de carbón no explotadas por razones de coste y medioambientales. Hay que ir, como ha dicho la Comisión Europea, hacia las tecnologías de secuestro y almacenamiento y de CO2. Son tecnologías caras, que están en fase de estudio y exploración, pero que en diez o quince años pueden estar a punto.