Madrid, Efe

Casi la mitad del dióxido de carbono (CO2) acumulado en los bosques de España (más de 186 millones de toneladas) se encuentra en los árboles de Galicia, Cataluña y Castilla y León, y el 7 por ciento en Asturias -poco más de 13 toneladas-, según datos del Foro de Bosques y Cambio Climático.

En un encuentro informativo con motivo de la celebración del «Día mundial del medio ambiente» -que será el 5 de junio-, José Carlos del Álamo, presidente del Foro -sociedad sin ánimo de lucro integrada por los diferentes agentes del sector forestal- ha resaltado la contribución de las masas arbóreas a la lucha contra el cambio climático por su papel como sumideros de carbono.

Los bosques gallegos tienen acumulado un total de 37 millones de toneladas de CO2, lo que representa el 21 por ciento de todo el carbono fijado en la biomasa forestal española, seguidos de los catalanes y los castellanoleoneses, con más de 22,5 millones de toneladas y un 12 por ciento en ambos casos.

En 8 por ciento está almacenado en Navarra; un 7%, en Asturias y Castilla-La Mancha; un 6%, en Andalucía, Aragón y País Vasco; un 4%, en Cantabria; un 3%, en Extremadura; un 2%, en La Rioja y Madrid, y un 1%, en Canarias, Valencia, Baleares y Murcia.

Todo el carbono absorbido por los árboles permanece en ellos, que son almacenes de CO2, y la fijación que puede realizar una plantación puede alcanzar las 20 toneladas por hectárea y año.

De esta forma los bosques españoles tienen la capacidad de fijar anualmente un 20 por ciento de las emisiones totales de CO2, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias, y esta tendencia va en aumento, pues la superficie forestal en nuestro país se ha incrementado un 30 por ciento en los últimos diez años.

No obstante, la capacidad de absorción de los árboles varía «notablemente», de tal forma que los de más rápido crecimiento son los que más carbono fijan, como por ejemplo el pino o el eucalipto, aunque en torno a este último haya crecido «una leyenda negra y se le quiera aplicar la ley de extranjería», según Del Álamo.

Así, las hectáreas necesarias para «compensar» las emisiones de un automóvil de turismo serían 0,39 en el caso de los hayedos, 0,14 en el de las choperas y 0,19 en el del pino silvestre. Del Álamo ha lamentado que la rentabilidad de nuestros montes no sea comparable al beneficio natural que ofrecen al ser humano.