Oviedo, Marcos PALICIO

El debate se lanza después de constatar que urge generar «una sensibilidad medioambiental, porque no la hay, ni en los ciudadanos ni en las administraciones». La sentencia es de Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), quien considera que todavía queda una larga carrera de fondo para que la sociedad se impregne de conciencia «verde».

Hartasánchez intervino en la charla organizada el miércoles por la asociación Compromiso Asturias XXI en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA para exponer sus ideas sobre la protección del medio ambiente en el Principado. Son trece de las cien que el colectivo ha incluido en su documento «Buenas prácticas para Asturias». Con Hartasánchez compartieron mesa Alfredo F. Ojanguren, investigador del Instituto de Ciencia Marina en la Universidad de Texas, e Isabel Suárez Díaz, ingeniera de minas y técnica en I+D+I del Instituto Geológico y Minero de España.

Todos coincidieron en que aún queda mucho por hacer y es necesario poner manos a la obra. Ojanguren, moderador de la charla y miembro de la directiva de la asociación Compromiso Asturias XXI, aclaró que todas las propuestas relacionadas con la protección del medio ambiente «implican concienciación, pero ninguna exige un gasto normativo». Los tres ponentes se repartieron las ideas en otros tantos bloques temáticos: las que promueven calidad de vida con menos impacto ambiental, las que se refieren al reciclaje y las orientadas a conocer mejor la naturaleza para poder conservarla.

l Más calidad de vida con menos impacto. Bajo este epígrafe se agrupan iniciativas como el uso de aparatos que miden el gasto eléctrico de cada electrodoméstico para saber «qué elementos consumen energía y no los usamos. Como ese televisor que está encendido y nunca ves», expuso Roberto Hartasánchez. El presidente del FAPAS defendió también aquí la apuesta por alimentos ecológicos, ésos que se elaboran en condiciones de menor impacto ambiental y que son, a su juicio, los que siempre se han producido de modo tradicional en Asturias. «Aquí se producen alimentos ecológicos de manera inconsciente; en Asturias todo es ecológico y no lo valoramos». El presidente del FAPAS puso el acento, asimismo, en la inclusión del reciclaje y el control del gasto energético entre las tareas de las comunidades de vecinos. De igual manera, promovió el ahorro de agua y el consumo del agua del grifo frente a la embotellada, que supone tanto «un gran gasto y un gran coste energético» como despreciar «el agua fantástica que tenemos en Asturias».

l Reciclaje de residuos urbanos. Isabel Suárez respaldó con datos la defensa de las iniciativas relativas al reciclaje. Así justificó su adhesión a la idea de transformar el aceite de cocina en combustible, porque el biodiésel «emite un 80 por ciento menos de CO2» que los carburantes tradicionales. De ese modo se apuntó también a la reducción del uso de bolsas de plástico: «En España, apenas se recicla un 10 por ciento de las que se usan» y se fabrican con un derivado del petróleo «que tarda cincuenta años en degradarse».

Suárez quiere, asimismo, ciudades cada vez más limpias, con multas por tirar basura como las que ya se imponen en urbes como Londres, y que se fomente el reciclaje del vidrio diferenciado por colores, porque «por cada 3.000 botellas recicladas ahorramos 130 kilos de combustible».

l Conocer para conservar. «Es difícil tomar conciencia de la necesidad de conservar algo si no lo conocemos». Así empezó Alfredo F. Ojanguren su defensa de las propuestas medioambientales de Compromiso Asturias XXI más directamente vinculadas con la divulgación.

El biólogo asturiano, investigador en la Universidad de Texas, animó a potenciar el «turismo ornitológico» por el potencial de Asturias en este campo y por su doble beneficio: la atracción de visitantes, que genera riqueza, y «la conservación de esos espacios donde se pueden observar aves u otros animales». Para Ojanguren, en este apartado también serviría el incremento de la información sobre los parques urbanos -«si no sabes lo que hay, no lo aprecias»- o de la formación científica.

Pide Compromiso Asturias XXI en su documento de trabajo la implicación de científicos «en la toma de decisiones de las instituciones que se encargan de la conservación de la naturaleza» y más y mejor información sobre ciencia en los medios de comunicación, «para que el conocimiento científico no se quede recluido en su torre de cristal», concluyó Ojanguren.