El Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) pone hoy en marcha un plan piloto para promover el reciclaje de basura orgánica domiciliaria. La idea es que en cada concejo de Asturias se seleccione a 25 familias que vivan en casas con terreno, para que aprovechen sus propios residuos orgánicos para producir compost (tierra fértil). Se trata de un primer -aunque pequeño- paso en el gran reto del reciclaje en Asturias: alcanzar parámetros europeos en el aprovechamiento de materia orgánica biodegradable, que supone un 36,9% de las 500.000 toneladas de basuras domiciliarias que generamos los asturianos cada año.

El gerente de Cogersa, Santiago Fernández, mantendrá hoy una reunión con representantes de los municipios asturianos para explicar las dos nuevas experiencias piloto en materia de reciclaje que va a poner en marcha el consorcio. Una de ellas consiste en fomentar la reducción y reciclaje de papel y cartón en los edificios municipales y la otra es el programa de recogida selectiva y compostaje de materia orgánica en domicilios particulares.

Mediante este último plan, Cogersa facilitará un compostor (recipiente en el que se produce el abono a partir de los residuos orgánicos) a 25 familias en cada concejo. Los ayuntamientos tendrán que seleccionar a esas familias y facilitar información al vecindario sobre las ventajas del compostaje. Los beneficiarios de este proyecto podrán disfrutar así de abono natural para el huerto familiar o para el jardín del chalé.

Tras esta primera experiencia, a Cogersa aún le quedará pendiente la asignatura de lograr el reciclaje de las basuras orgánicas en las grandes ciudades. Según un informe del Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR) elaborado por encargo de Cogersa en 2007, en Asturias se reciclan 17,8 kilos de residuos orgánicos al año por habitante, frente a otros puntos de Europa donde se llega a los 227 kilos. Ese informe del ISR (una Fundación que cuenta con científicos de siete países europeos) considera un «objetivo razonable para Asturias» reciclar entre 55 y 60 kilos de residuos orgánicos urbanos por habitante y año.

La alternativa de la incineración ofrece para algunos dudas sanitarias (Francia prohíbe comercializar leche producida dentro de un radio de 15 kilómetros de una incineradora), sino también económicas. El citado estudio, el «Informe estratégico para la Asturias del reciclado» señala: «La economía del reciclado tendría que contemplarse también en relación con el coste de otras opciones de gestión de residuos tales como incineración con recuperación de energía o vertedero. Los altos precios relativos de las alternativas claramente benefician la opción del reciclado», señala ese informe, tal como publicó este periódico el pasado mes de agosto. El 89,9% de los residuos urbanos que se generan en Asturias es susceptible de ser reciclado, según datos de Cogersa. Sin embargo, sólo se recicla menos del 10%. El Instituto para la Sostenibilidad estima que fácilmente se puede llegar a un porcentaje del 30% al 35%. Una de las claves para lograr esto es poner en marcha un servicio de recogida selectiva de materia orgánica domiciliaria.