Oviedo, M. P.

El pasado abril consolidó el papel de salvavidas del turismo asturiano que han asumido los establecimientos rurales en medio de la crisis general del sector. El mes de la Semana Santa atrajo a 19.455 viajeros, fue el de más alta ocupación desde agosto y marca un incremento del 150 por ciento respecto al mismo mes del año pasado, en el que las fiestas se celebraron en marzo. Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) certifican el crecimiento del turismo extrahotelero en la región si al progreso de los alojamientos rurales se suma el de los visitantes que optaron por los campings y apartamentos.

En estos otros dos tipos de establecimientos también el pasado abril fue el mes con mejor comportamiento desde el verano y su incremento es sensiblemente mayor que el registrado en el mismo mes en los hoteles asturianos. Los campings casi doblaron sus visitantes, pasando de 3.902 a 7.591 viajeros, y los apartamentos registraron otro notable crecimiento, hasta más de 5.000 clientes frente a los 1.662 del pasado año.

El incremento registrado por el turismo extrahotelero en Asturias en el mes de abril duplica la media de crecimiento de las comunidades que integran la España Verde. En números absolutos de visitantes, el Principado sólo se ve superado por Cantabria, pero marca registros que se sitúan por encima tanto de los de Galicia como de los del País Vasco. En el resumen del primer cuatrimestre del año para este otro tipo de turismo, los establecimientos asturianos registraron 39.633 clientes, un 32,03 por ciento más que en el mismo período de 2008 y un 13,26 por ciento por encima de la cifra de 2007.

La consejera de Cultura y Turismo del Principado, Mercedes Álvarez, calificó ayer estos datos de «históricos» y destacó que además del crecimiento sostenido de la oferta y la demanda del turismo rural en Asturias «se han incrementado y mejorado todo tipo de infraestructuras, recursos turísticos, culturales y actividades alternativas. En definitiva, el mapa y modelo del desarrollo sostenible del turismo rural en Asturias», sostiene, «no es sólo una realidad socioeconómica para el sector, sino que, por su estructura y características, es también un marchamo de calidad, avalado por las políticas de adhesión de los establecimientos a sistemas y marcas de calidad», afirma la Consejera.