Oviedo, J. A. ARDURA /

Pablo GONZÁLEZ

«No queremos contribuir a una guerra de cifras. Si se suma todo el dinero que cada comunidad da por hecho que recibirá, estaríamos por encima de los 13.000 millones. No queremos contribuir a esta confusión», afirmó ayer el consejero de Economía de Asturias, Jaime Rabanal. No es el único al que no le salen las cuentas del reparto de los 11.000 millones adicionales destinados a la financiación autonómica, de los cuales entre Andalucía y Cataluña se llevarán 6.986 millones. A Rabanal no le falta razón cuando asegura que «con esas cifras el "sudoku" sigue sin cuadrar», puesto que la cuantía que se obtiene al sumar las cantidades que las autonomías presumen que van a recibir llega a los 14.500 millones.

Incluso, Rabanal se queda corto en una suma que no es muy difícil de realizar. Sólo hace falta un trozo de papel, un lápiz y un poco de paciencia para recopilar las cantidades que presidentes y consejeros de Economía aseguran que recibirán del Estado para cubrir los servicios públicos de sus gobernados. Así, la cantidad «soñada» de fondos adicionales se dispararía a 14.500 millones de euros, sin incluir la horquilla de 220-240 millones de euros que podría recibir Asturias. Casi 4.000 millones más de los 11.000 que el Estado se ha comprometido a añadir a los más de 114.500 millones que repartió entre las quince comunidades del régimen común en 2007.

El «sudoku», como dijo Solbes, se vuelve más delirante si se suman las cantidades que algunas comunidades autónomas, casi todas ellas del PP, aseguran que se deberían ingresar. El coste total de este «sudoku» paralelo rozaría los 16.400 millones de euros. La pregunta es: ¿cómo puede suceder esto? Una respuesta podría ser la que ayer daba Jaime Rabanal, que se centraba en que el documento remitido por el Gobierno de Zapatero a las comunidades autónomas «es muy complejo y puede dar lugar a distintas interpretaciones».

Otra respuesta mezcla criterios numéricos con políticos y nace en Cataluña. Y es que los 3.855 millones de euros que sirvieron el domingo para que Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) diera el visto bueno al nuevo modelo y, de paso, para jactarse de «plantar cara al Estado y ganar» han servido para dar la señal de salida a la tómbola del «¿y por qué mi vecino se lleva más?». Así, las comunidades del PP piden más tomando como referencia la cifra de los separatistas catalanes.

Por eso, autonomías como Murcia claman por 770 millones en lugar de los 380 que se embolsará. O, por eso, la Comunidad Valenciana ha pasado de conformarse con una cantidad entre 1.500 y 1.900 millones a exigir 2.400 para equipararse a Cataluña y a Andalucía, las regiones que, según sus números, se llevarán casi 7.000 millones de los 11.000 millones de fondos adicionales a repartir. Quizá por eso ayer algunos presidentes regionales solicitaron al Gobierno central que confirmara o desmintiera la cifra de la que presume ERC y que puede posibilitar que los votos separatistas sean fieles al PSOE en futuras votaciones en el Congreso de los Diputados, como la de los Presupuestos. Sin olvidar el mensaje lanzado el domingo por el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, sobre la cuestión de los números catalanes a través del tópico «todo al cocer mengua». Y toda esta ensalada de cifras se condimenta con un informe sobre recaudación de impuestos y déficit público en tiempos de crisis realizado por técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). El estudio señala que el año pasado los ingresos tributarios del Estado relacionados directamente con el sistema de financiación autonómica cayeron 9.266 millones de euros, curiosamente una cifra similar a los 9.000 millones iniciales que el Gobierno central había ofrecido para los fondos adicionales del nuevo modelo, y que al final crecieron hasta 11.000 millones. Según el estudio, Asturias dejó de ingresar casi 282 millones de euros.