San Juan de Villapañada

(Grado), L. VALDÉS

«¡Vaya avería que monté!». Estas fueron las palabras de Francisco Gorgojo al reencontrarse ayer con su padre en San Juan de Villapañada (Grado) tras su desaparición el pasado 8 de agosto en la fiesta del Sella. Al joven de 23 años le paró en la tarde de ayer la Guardia Civil para un control rutinario de tráfico en Pravia y tras ver su nombre y apellidos en el carné de conducir los agentes le pidieron que les acompañase al cuartel de Pravia, ya que su padre había puesto una denuncia de desaparición. «No me creía que me estuviesen buscando. Después del Sella pasé por mi casa en Oviedo a coger ropa y me fui con una amiga a Alicante. Hay muchos días que mi padre y yo no nos vemos ni hablamos por teléfono».

En la fiesta, el ovetense perdió su teléfono móvil. Ésta es la razón que argumenta para no haberse puesto en contacto con sus familiares y amigos en estos días en Alicante que, dice, financió con algunos «ahorrillos que tenía en casa».

Desconcertado y muy sorprendido por la repercusión de su desaparición, Francisco Gorgojo se mostraba preocupado por su trabajo.

Su padre, muy emocionado tras diez días de angustia, le tranquilizaba y abrazaba en un intento quizá de recuperar el tiempo perdido. «No te preocupes, todo se arreglará». Y le repetía sin parar que la próxima vez, avisase. El joven ovetense tiene previsto en el día de hoy visitar en León a su madre enferma del corazón que tuvo que ser hospitalizada al enterarse de su desaparición.