Madrid, Módem Press

El presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez Inciarte, se mostró ayer más partidario de premiar «trayectorias reconocidas y asentadas» que de otorgar galardones «de estímulo a carreras incipientes», como ha hecho la Fundación Nobel al conceder el premio de la Paz al presidente de los EE UU, Barack Obama. Galardones de este estilo, como el que ha recibido el inquilino de la Casa Blanca por parte de la Academia Sueca, deben ser, para Rodríguez Inciarte, «una excepción» y «no convertirse en norma». El también vicepresidente tercero del Banco de Santander, que intervino en un desayuno informativo del Foro de la Nueva Sociedad celebrado en el madrileño hotel Ritz, matizó estas afirmaciones asegurando que no tiene «nada en contra de que, en algunos momentos, los premios puedan servir como estímulos a una carrera que empieza», pero reiteró la importancia que para su Fundación tiene premiar «trayectorias más asentadas».

Así, las respuestas a las numerosas preguntas sobre el premio a Barack Obama a las que tuvo que responder Matías Rodríguez Inciarte, y en las que pretendía, según afirmó, «romper una lanza en favor de los Nobel», se convirtieron en una velada crítica a la decisión tomada la pasada semana con respecto al presidente estadounidense. Ante cerca de doscientas personalidades del mundo de la empresa, las finanzas, la política, los medios de comunicación y la cultura española y asturiana, Rodríguez Inciarte, que fue presentado a la nutrida concurrencia por el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, habló -y mucho- de distinciones, pero, en cambio, no soltó prenda sobre quién dará relevo al director de la Fundación, Graciano García, que, por motivos estatutarios, tiene que jubilarse este año. «En su momento, decidiremos y tomaremos la decisión más adecuada y conveniente», dijo ante la atenta mirada del propio Graciano García, al que piropeó con cariño alabando su «extraordinaria e ingente labor en la Fundación a lo largo de todos estos años».

En otro momento de su intervención, Rodríguez Inciarte ensalzó la «salud, pujanza y prestigio internacional» del que gozan los premios «Príncipe de Asturias» y el «extraordinario elenco de premiados» que recibirán el galardón la semana que viene en el teatro Campoamor: Norman Foster, Organización Mundial de la Salud, David Attenborough, Universidad Autónoma de México, Martin Cooper, Raymond Samuel Tomlinson, Ismael Kadaré, Yelena Isinbayeva y la ciudad de Berlín. Además, destacó que este año, debido a la dura crisis económica, la Fundación que preside se ha «apretado el cinturón» y ha reducido su presupuesto un 15 por ciento, hasta situarse en 7 millones. Inciarte agradeció a Areces el apoyo que recibe del Principado.

Por lo demás, el conferenciante reconoció las presiones que reciben los jurados de los premios antes de tomar sus decisiones. «En esta edición, hemos recibido 69.000 cartas de apoyo a los candidatos, algunas del propio Obama o de Lula da Silva», aseguró, pero, al tiempo, negó rotundamente que los galardones se concedan por razones políticas. «Pensar que los premios se conceden por motivos políticos es una absoluta falta de respeto intelectual a los jurados y cualquiera que conozca a sus integrantes sabe que eso es imposible. Nuestros premios son los más claros y transparentes en su concesión», sentenció.

Interpelado sobre las posibilidades de que la trayectoria empresarial de Emilio Botín, presidente del Banco de Santander, sea distinguida con un premio «Príncipe de Asturias», Rodríguez Inciarte señaló: «Se trata de uno de los empresarios más excepcionales que ha tenido España a lo largo de la historia». Además, destacó que «ha conseguido que el Santander sea el primer banco de España y el séptimo del mundo por capitalizaciones», algo que, a su juicio, «ya nos da idea de la ingente obra desarrollada por Emilio Botín».

En el discurso de presentación de Rodríguez Inciarte, el presidente del Principado realizó un somero repaso por la génesis y la historia de la Fundación, para la que tuvo palabras de alabanza. En este sentido, Vicente Álvarez Areces aseguró que los premios «Príncipe» «facilitan la proyección de Asturias en el mundo y asocian la idea de España y de Asturias con las aspiraciones más nobles de paz, libertad, justicia y progreso humano». Para finalizar su alocución, el jefe del Ejecutivo autonómico señaló que los premios suponen una extraordinaria «fuente de riqueza para la región» y añadió que, con vistas al futuro , «esta gran aventura intelectual que suponen la Fundación y los premios deben intensificar en los próximos años su apertura a las nuevas tecnologías y profundizar en su universalidad».