Oviedo, Marcos PALICIO

Lejos de remitir, la pérdida de población de Asturias se hará mayor en los próximos diez años. Tanto que ninguna otra comunidad autónoma española registrará un descenso demográfico tan pronunciado como el del Principado si se cumplen las estimaciones publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Dicen éstas que en 2019 Asturias tendrá 52.721 habitantes menos que en 2009 para configurar una pérdida próxima al cinco por ciento que supone el decrecimiento porcentual más acusado del país. Esa bajada, algo superior a la de toda la población del concejo de Siero, supera ampliamente además el declive de los últimos diez años, del 0,38 por ciento.

Se contradice así en Asturias la tendencia global del país, que augura para España un crecimiento poblacional cifrado en 1,1 millones de personas -hasta casi 47 millones-, pero no la propensión a la pérdida de habitantes que marca la cornisa Cantábrica, toda vez que el País Vasco y Galicia son las regiones que siguen al Principado en la clasificación de las comunidades que perderán más vecinos de aquí a 2019. Por provincias, a otras del entorno como Zamora, Palencia, Lugo y León se les vaticina un descenso mayor que el asturiano.

La región, avanzando diez años en el tiempo con la guía del cálculo del INE, dejará los 1.058.923 habitantes de 2009 en 1.006.202 en 2019. Mirando hacia atrás y a los datos oficiales del padrón de los años precedentes, al llegar esa fecha habrá perdido 78.000 residentes en veinte años, y cada vez más, ya que de 1999 a 2008 la caída fue «sólo» de 4.176 habitantes.

Una de las culpas de tan acusado declive seguirá estando en el descenso constante y sin pausa que se adelanta para el número de nacimientos. Asturias registrará en 2019, dice el INE, 1.751 alumbramientos menos de los que la misma estadística de proyección asigna a 2009. A este efecto se suma el que resulta del incremento igualmente sostenido de las defunciones, una circunstancia que hará decrecer notablemente el crecimiento vegetativo en la región -la diferencia entre los nacimientos y las defunciones-, y sobre todo la amortiguación de las secuelas de la inmigración. Es éste, sostiene el INE, «el componente más volátil e incierto del devenir demográfico futuro» y el que ha representado hasta ahora el papel «clave en el aumento poblacional de España».

Asturias, en la próxima década, moderará su carácter de comunidad receptora de población y tendrá 4.000 inmigrantes menos , tanto nacionales como extranjeros De modo paralelo, la estadística de proyección también prevé que se detenga el flujo migratorio hacia el exterior. Subirán en unos trescientos los emigrantes hacia el extranjero, pero serán 3.500 menos los que abandonen la región para vivir en otras comunidades españolas.