Oviedo, Eduardo GARCÍA

Los 7,5 millones que la Administración central concedió a la Universidad de Oviedo como «premio» a la Excelencia le sirven a la Consejería de Educación para maquillar un presupuesto necesariamente constreñido por los tiempos de vacas flacas. El titular del departamento, José Luis Iglesias Riopedre, presentó ayer las cuentas generales para 2010 que ascienden a 886 millones de euros, un 0,19% más que en el pasado ejercicio.

La cosa, sin embargo, tiene truco porque se incluye esa partida que el Ministerio de Educación traspasa en forma de crédito al Principado de Asturias, y que éste transfiere a la Universidad, institución que tendrá una consignación presupuestaria de 155 millones de euros, un 1,33% más. Las cuentas no van a gustar al equipo rectoral, que previsiblemente volverá a tener problemas para el pago de las nóminas, aunque ésta última partida aumenta en casi millón y medio de euros.

El pequeño aumento presupuestario a la Universidad llega 24 horas después de que el consejero de Economía, Jaime Rabanal, anunciara que la consignación presupuestaria a la institución académica se iba a «mantener». Fuentes cercanas al departamento económico del Gobierno regional aseguraron a este periódico que los 7,5 millones de euros del Campus de Excelencia no se podían incluir en el presupuesto porque se trataba de un crédito.

«Se cubren las necesidades. La Universidad tendrá que arreglarse. Estoy convencido de que va a tener dinero suficiente para apoyar los proyectos del Campus de Excelencia», destacó ayer Iglesias Riopedre.

Educación también incluye en su presupuesto global la partida correspondiente a los Fondos Mineros, siete millones de euros que se irán en su mayor parte a pagar los equipamientos de los dos nuevos edificios del Campus de Mieres, el destinado a investigación y el de la residencia, que tendrá gestión privada.

Para la I+D+i, Educación consigna una cantidad global de 42 millones de euros, y para la Formación Profesional, ya sin el grueso presupuestario de Formación para el Empleo, que pasa a Industria, el equipo de Riopedre destina 65 millones de euros.

Unas cuentas que suben muy ligeramente en las grandes partidas educativas, Infantil y Primaria (227 millones, un dos por ciento más), Secundaria (234 millones, un 1,8% más), y escuelas de 0 a 3, para las que varios concejos asturianos están construyendo unidades con cargo a los fondos del llamado «Plan Zapatero». Educación reserva 8,4 millones de euros con vistas al funcionamiento de las escuelas de los más pequeños, lo que representa un aumento del 1,2% sobre el dinero del pasado año. Las escuelas oficiales de idiomas en la región se quedan con 5,6 millones de euros. Es lo que hay.

Bajan en gasto corriente (agua, luz, calefacción... economía doméstica en los centros) y, sobre todo, en inversión, donde tan sólo se prevén 4,6 millones de euros para centros de Infantil y Primaria y 3 millones de euros para Secundaria. Por cierto que de esos 4,6 millones en Primaria, las eternas obras en el Colegio Público Jovellanos, de Gijón, se llevan algo más de la mitad. Riopedre fue ayer muy explícito al respecto: «Bajó el cemento». Menos obras en un curso que se presenta presupuestariamente duro, y más iniciativas educativas (43 centros más adscritos al programa bilingüe, que ya afecta a 173 en toda Asturias, entre otras iniciativas).

Junto a tanta macrocifras, queda empequeñecida la partida destinada al pago de los miniportátiles para los escolares de quinto de Primaria, dentro del convenio del programa Escuela 2.0. Se trata de un gasto de 1,8 millones de euros, y los primeros ordenadores llegarán a las aulas en enero.

Pero la gran estrella del presupuesto es la carrera profesional de los docentes, para la que la Consejería de Educación ha «ahorrado» nueve millones de euros, que prácticamente se comen la subida en gastos de funcionamiento. Esos nueve millones salen de algún sitio -mejor dicho, de muchos sitios-, y uno de ellos es la partida destinada a la ayuda para la compra de libros de texto en Primaria y Secundaria, que cuenta con un millón de euros menos.

Tal y como ya había adelantado el Consejero se reduce la frontera de ingresos familiares que dan derecho a la prestación. Hasta ahora eran 60.000 euros brutos anuales, y para el siguiente curso esa frontera queda establecida entre 40.000 y 45.000 euros. «No está fijada aún», concretó el Consejero, que estuvo acompañado por la directora general de Universidades, Miriam Cueto; el director general de Personal, Alberto Muñoz, y la secretaria técnica de la Consejería, Begoña Fernández.

Riopedre centró parte de su intervención en señalar el esfuerzo de su departamento en programas de atención a la diversidad, cuyos recursos humanos aumentan un 5%. En Asturias, 1.258 profesionales se dedican a atender al alumnado con necesidades educativas especiales.

Después de tantos apuros contables, Riopedre estaba ayer moderadamente contento: «este presupuesto garantiza que podemos seguir afrontando el reto de la calidad y la equidad».