Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

«Piñera no es la ultraderecha. Es un hombre conservador, un empresario de éxito que ha amasado una gran fortuna y que se ha propuesto ser presidente de la nación». Este es el perfil que traza Manuel Llamazales, descendiente de ponguetos y activo integrante de la colonia asturiana en Chile, de Sebastián Piñera, el nieto de emigrante colungués que resultó vencedor en las elecciones celebradas el domingo en el país andino.

Candidato de Renovación Nacional y uno de los hombres más ricos de Chile, «la locomotora Piñera» deberá de afrontar una segunda vuelta frente al candidato oficialista Eduardo Frei en su camino hacia el Palacio de la Moneda. «Si finalmente gana y es presidente no pasará nada, porque realmente Chile no se juega nada relevante en estos comicios», sostiene Llamazales, quien no aprecia como extraordinario que la derecha venza en las urnas después de veinte años bien marcados por la alargada sombra de la dictadura del general Augusto Pinochet. A su juicio, es un «signo de normalidad que se produzca una alternancia saludable para cualquier democracia». Coincide en el análisis su hermano José, también comerciante, quien achaca el resultado electoral y la victoria de Piñera, a quien califica de «conservador moderado», al «deseo de cambio de la ciudadanía, algo que no se había producido hasta ahora en el país».

Pese a su ascendencia colunguesa, Sebastián Piñera no ha estado involucrado en la comunidad asturiana de Chile, según los responsables de los centros que reúnen a los emigrantes y a sus descendientes en el país andino. Ramón Trespalacios, presidente de la Colectividad Asturiana de Valparaíso, que conoce personalmente al candidato a la presidencia, asegura que «no hace gala de asturianía, aunque tampoco esconde su condición de descendiente de emigrantes», llegados desde la pequeña aldea colunguesa de Libardón. Por su parte, Ramón Trespalacios pone de manifiesto que Sebastián Piñera «sabe muy bien de dónde es oriundo, y, pese a que ya le queda bastante lejos, siempre que le han preguntado en alguna entrevista ha mostrado una gran simpatía y orgullo por la tierra de sus ancestros».

La opinión que Trespalacios tiene del empresario y político que aspira a relevar a la socialista Michelle Bachelet es muy similar a la de Manuel Llamazales. «Es un empresario muy exitoso y muy inteligente, como toda su familia, pero tampoco puedo decir mucho más porque nunca han estado pendientes de la comunidad asturiana, quizá porque ya son descendientes de tercera y cuarta generación y eso, quieras que no, va diluyendo las cosas», señala Ramón Trespalacios, quien, nacido en tierras chilenas de padre colungués y madre peñamellerana, deja a un lado las ideas políticas de cada cual y tampoco ve mayor problema en que se produzca un cambio de Gobierno en el país. En este sentido, destaca la gran tranquilidad con la que se vivió la jornada electoral del domingo. «No hubo ningún altercado, la gente acudió a votar en paz y eligió lo que creyó que es mejor para el país», destaca el presidente de la Colectividad Asturiana en Valparaíso, durante una conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA.

Si el millonario Sebastián Piñera es el indudable y gran triunfador «asturiano» de las elecciones del domingo en Chile, Rodrigo Álvarez Zenteno ofrece la otra cara de la moneda. Nieto de un emigrante asturiano llegado a Punta Arenas hace un siglo, ostenta la presidencia de la Cámara de Diputados, cargo similar al de Bono. Sin embargo, candidato por la derechista Unión Demócrata Independiente, perdió el acta de diputado en los comicios, algo que buena parte de la colonia asturiana lamenta especialmente.

Álvarez Zenteno aprovechó el discurso de investidura como presidente de la Cámara de Diputados para expresar un emocionado recuerdo hacia sus antepasados asturianos. El texto leído el pasado marzo dice así: «Muchas veces pienso, en cien años atrás, cuando desembarcó en Punta Arenas un niño asturiano de escasos 16 años, sólo acompañado por la pobreza, la nostalgia y el dolor; era mi abuelo y venía como tantos otros a hacerse la América a punta de esfuerzo agotador; así lo hizo y esa tierra magallánica formidable le permitió educar a sus tres hijos y a sus nietos? y que hoy uno de ellos asuma la presidencia de la Cámara de Diputados? Me pregunto cuántos jóvenes de 16 años hoy, sin educación, sin riqueza, en una población marginal de Santiago, Valparaíso o Concepción pueden aspirar a algo similar, basándose sólo en su trabajo y superación? creo que muy pocos y eso nos conmueve a todos».

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