Oviedo, Marcos PALICIO

El subdirector de Air Berlín para España y Portugal se asustó hace unos meses en Asturias del «presupuesto tan pequeño» que tiene el Principado para turismo. «Esto es una joya desconocida como destino turístico fuera de España», advirtió entonces Pablo Caspers. Era la suya una afirmación en cierto modo interesada -la aerolínea pedía más dinero para su convenio de promoción turística de Asturias en el exterior-, pero sostenida por las cifras del desinterés que el resto del mundo ha manifestado sistemáticamente hacia el Principado como producto turístico.

El valor residual de los visitantes foráneos que recibe la región -un 8,4 por ciento del total de los turistas contabilizados en 2008- explica por qué el examen de las expectativas de este sector en Asturias parte de la definición del turismo extranjero como «la gran asignatura pendiente del turismo asturiano». Esto sólo son algunas pinceladas del capítulo dedicado al turismo y el ocio que se incluye dentro del documento «Sectores con futuro» realizado por la asociación Compromiso Asturias XXI, y que, entre otras cosas, apuesta por aprovechar el filón del «Asturias es diferente» dada la multitud de factores (culturales, gastronómicos, ocio...) que se concentran en una región que se recorre de extremo a extremo en menos de tres horas.

El documento, sobre el que esta asociación formada por más de 450 profesionales asturianos que trabajan en su mayoría fuera de la región, fue presentado recientemente en Oviedo durante una gala en la que los principales arquitectos de la idea, entre ellos Melchor Fernández Díaz, consejero de Editorial Prensa Asturiana, editora de LA NUEVA ESPAÑA, desgranaron los secretos y el potencial de nueve sectores en los que Asturias puede basar su futuro de cara a las próximas décadas. Y el turismo es uno de ellos.

El texto entiende «exagerado» calificar al turismo de «sector estratégico» para la región, toda vez que «el empleo que produce es en parte temporal y precario», pero sí «supone una ayuda importante para el conjunto de la economía asturiana -supera el nueve por ciento de su valor añadido bruto (VAB), contando los efectos inducidos- y, en particular, ha ofrecido una nueva alternativa al mundo rural, tan necesitado de ellas».

Del progreso reciente da fe la explosión «espectacular» de la oferta de alojamientos, particularmente visible en el turismo rural -Asturias es la comunidad española con más plazas por habitante y extensión- y la apuesta decidida por la calidad, pero el futuro viene preñado de grandes retos. Acaso el más grande, conjetura el texto, sea «crecer conservando la identidad que singulariza su oferta» de paisaje, mar y montaña y cultura y gastronomía y alternativas de ocio, así como «hacerla llegar al turismo extranjero, en particular al europeo, para el que Asturias sigue siendo una desconocida».

También aquí, y esta frase emerge con obstinación en los análisis de casi todos los «sectores con futuro» elaborados por la asociación, el Principado tiene «potencialidades tan claras como hasta ahora no utilizadas». Asturias, confirma aquí Compromiso Asturias XXI, «cuenta con grandes atractivos, pero su oferta turística sólo se focaliza en algunos». Su apuesta pone en primer plano la necesidad de estimular los «viajes de incentivos» utilizando un ejemplo cuyos réditos serán visibles este mismo año en Galicia. Con el Xacobeo y el tirón del Camino de Santiago, afirma el texto, la comunidad vecina consiguió «añadir un contenido lúdico y cultural a un acontecimiento que permanecía centrado en el ámbito religioso, como era la celebración de los años santos cuando la fiesta de Santiago coincidía en domingo».

En esa línea de explotación de las propias potencialidades y singularidades, Compromiso Asturias XXI envía al debate ciudadano una larga lista de asuntos a seguir. Así, asocia a la seducción del turista extranjero la necesidad de mejores comunicaciones y en particular de «vuelos baratos para el aeropuerto asturiano» y pide tanto nuevos eventos culturales como mejores explotaciones de los que ya existen -como los premios «Príncipe»-. Quiere más promoción y comercialización turísticas, mejores usos de los «factores mediáticos» -Fernando Alonso, la Princesa Letizia, David Villa?- y atenciones específicas a potentes «nichos de mercado» turísticos en algún punto desatendidos, como el turismo religioso -con el tirón de Covadonga o la catedral de Oviedo-, el de congresos, el náutico, el de caza y pesca, el de golf o el turismo activo en general. Configuran todos ellos subsectores turísticos muy explotables en Asturias por las cualidades naturales o infraestructurales de la región.

Y para darlos a conocer, sigue el documento, la herramienta es internet, toda vez que «la mayoría de los turistas que vienen a Asturias reservan ellos mismos su viaje y en muchos casos, sobre todo en el turismo rural, encuentran dificultades para hacerlo».