Oviedo, David ORIHUELA

Asturias fue durante cuatro días una gigantesca pista de patinaje. El temporal dejó primero una intensa capa de nieve entre el viernes y el sábado. El domingo, el hielo fue el rey de las calles. Los mayores problemas se registraron en Oviedo, en los barrios como San Lázaro, el Cristo o Pumarín, según fuentes policiales. Entre el viernes y el domingo por la noche -de ayer no había datos al cierre de esta edición-, el servicio de urgencias del Hospital Central atendió a 230 personas por caídas en la calle (72 el viernes, 55 el sábado y 103 el domingo), de las que 38 sufrieron lesiones o roturas (13 el viernes, 8 el sábado y 17 el domingo). Son datos de fuentes hospitalarias que corroboran lo que denuncian muchos ovetenses: la ciudad estaba, en muchas zonas, intransitable.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo hizo ayer público su malestar a través de una nota en la que se asegura que «durante todo el fin de semana las calles eran intransitables. La nieve se acumulaba en la calzada y en las aceras». Aún más grave es, en opinión de la Federación, que «los accesos a los servicios de urgencias de varios centros de salud y centros de día estaban intransitables».

Los vecinos de los barrios se sintieron discriminados y aseguran que durante el temporal «hubo ciudadanos de primera y segunda categoría, puesto que en algunas zonas de Oviedo estos servicios, si bien no con la diligencia necesaria, sí actuaron», en referencia al centro de la capital.

El resto de Asturias también sufrió las consecuencias del hielo. En Mieres las caídas llevaron a desbordar las previsiones de los servicios de urgencia. Magulladuras, algunas fracturas, torceduras de muñecas y tobillos fueron las principales dolencias, informa A. LORCA. Mientras, en Langreo, y según informa M. Á. G., el fin de semana fue relativamente tranquilo, pero ayer en el Hospital del Valle del Nalón la mitad de las asistencias, unas treinta de poco menos de 70, fueron debidas a problemas relacionados con caídas. Se trataron dos roturas de cadera. En Arriondas el parte médico iba desde dos roturas de muñeca, un traumatismo craneal, a contusiones varias. Además, tuvieron que suspenderse dos operaciones debido a que los pacientes son vecinos de poblaciones de difícil acceso. Como dato curioso en el centro hospitalario del oriente de Asturias se encuentra el descenso de las consultas de urgencia a lo largo del fin de semana. De una media de 190 pacientes se pasó a 110, según informa B. MORÁN. En los hospitales de Jarrio y de Cangas de Narcea no hubo más trabajo de lo habitual, según informan P. RODRÍGUEZ y A. M. SERRANO.