Oviedo, Marián MARTÍNEZ

«Siempre que se acude a ellos con una propuesta te atienden, encuentras palabras de ánimo y ves empeño en ayudar, a través del IDEPA, del CEEI, de Asturex... No hay queja». Ésta es la opinión de un importante empresario del metal sobre el Gobierno regional. Tanto el presidente, Vicente Álvarez Areces, como el consejero de Industria, Graciano Torre, obtienen buena nota entre muchos empresarios. Por ejemplo, entre quienes apoyaron los viajes institucionales del Principado cuando los criticó el PP. O entre quienes arropan a Areces cada vez que tiene un «desayuno» en Madrid, como el del pasado martes organizado por Nueva Economía Fórum. Quizá la mancha que enturbia las buenas relaciones de Areces con la clase empresarial es el retraso de meses en la concesión de los avales a las empresas y que tanto «cabreó» al presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE).

Estos «elogios» de una parte de los empresarios a Areces no son muy bien vistos en la dirección de la Federación Socialista Asturiana, máxime cuando el aparato da por hecho que el secretario general, Javier Fernández, será el candidato autonómico del PSOE y el actual Presidente trata de relanzar su figura para seguir en la brecha. «Si los empresarios quieren elegir al candidato del PSOE, que se afilien», responden desde la FSA.

Industriales de cierta relevancia relatan -eso sí, siempre que no se citen sus nombres- historias y anécdotas de las veces que han recurrido al consejero de Industria o han aprovechado un encuentro con el Presidente en algún acto público para contarle sus proyectos. Es el caso de un avilesino que tenía en mente un gran proyecto para una de sus empresas y enormes problemas en otra. «Le conté a Chano (Graciano Torre) la verdad, lo que me estaba pasando y lo que quería hacer. Se puso en marcha y me indicó con quién hablar y cómo moverme para buscar soluciones. Supongo que eso es lo que tiene que hacer un Gobierno, buscar soluciones para los ciudadanos, pero la verdad es que me sorprendió».

No todo son elogios. También los hay que opinan que las cosas no se están haciendo bien. Sobre todo en el último año, desde que estalló la crisis. La FADE mantiene las distancias. «La relación es la correcta y la normal. Desde la independencia cada uno cumple con su papel. A nosotros nos da igual el color político del Gobierno. Cuando lo hace bien aplaudimos y cuando no lo hace bien lo criticamos», afirmó un portavoz.

El PP sostiene que muchos empresarios acuden a las llamadas de Areces bajo presión, porque se sienten coaccionados. «Lo que se hace es convocar a la gente a golpe de teléfono», aseguran algunos dirigentes populares. «Qué vas a hacer, no queda más remedio. Hay que procurar llevarse bien», admiten, de hecho, algunos empresarios.

El último apoyo público de los industriales al Presidente se produjo a raíz de las críticas del PP al viaje del Principado por Hispanoamérica previsto para abril. La patronal salió en defensa del Gobierno y lo hizo con una lista de empresas. «No se trata de apoyar por apoyar. Hay empresas que van a un viaje de éstos y hacen contactos que desarrollan, muchas veces a través del IDEPA, y tiempo después viajan con Asturex y fructifica el negocio», explica un empresario gijonés.

Un ejemplo es lo que ocurrió con el viaje a Angola y Sudáfrica, donde la patronal detectó altas posibilidades de negocio. «Y acertó, porque hay empresas que fueron a aquel viaje y otras que fueron después con la FADE o con Asturex y que están trabajando allí», asegura otro empresario. «Hay muchos países en los que hay negocio, pero no puedes llegar y desembarcar, porque lo normal es que salgas escaldado. El Gobierno abre paso, y el Principado lo hace bien, en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores y las embajadas, con los delegados comerciales... Se nota que se preparan os viajes, porque vas con los contactos de las empresas del sector al que perteneces y con mucha seguridad. Luego, que hagas negocio o no es un problema tuyo. Ellos sólo te dicen que si quieres seguir adelante, están a tu disposición».

Los viajes se aprovechan, además, para que empresarios y Gobierno intercambien impresiones sobre la situación de la región y del país. «Con el Presidente puedes estar de acuerdo o no, pero tiene una verborrea...», comenta un empresario. «Ahora es difícil valorar porque las cosas están muy mal y, según nuestras previsiones, no van a mejorar hasta después del verano. Pero la última vez que Areces vino a visitarnos nos dio ánimos, vimos que se había preocupado de tener información sobre nosotros. Aunque sea poco o nada lo que pueda hacer, por lo menos está ahí», relató el máximo responsable de una compañía con centros de trabajo en Avilés y Gijón.

Un veterano empresario avilesino al que le gustan poco los políticos y menos salir en los periódicos le reprocha al Presidente un exceso de optimismo. «Quizás el problema que le veo yo a Tini es que es demasiado optimista y a veces parece que te está contando lo que quiere que sea la región y no lo que tú ves que es».