Oviedo, L. PALACIOS

Cinco altos funcionarios vinculados a la Delegación del Ministerio de Economía y Hacienda en Asturias se repartieron en un mes complementos de productividad que suman casi 10.000 euros, según denunció ayer UGT.

El sindicato se ha mostrado «indignado» con este reparto «a dedo» en un momento en que «la crisis se ceba en todas las capas sociales». Así, la central sindical recuerda que al conjunto de empleados de Hacienda se les ha hecho llegar un manual de medidas de austeridad redactado por la Subsecretaría del Ministerio para reducir el gasto del departamento.

Este manual recoge objetivos como el de implicar a los trabajadores en un conjunto de valores de austeridad, «expresión de una cultura de servicio público y beneficiosa para todos», dadas las «necesarias limitaciones» del presupuesto de gastos del departamento.

Así, el documento recoge instrucciones acerca de la climatización, la necesidad de apagar las luces, la moderación en el uso del teléfono, la reducción de envíos postales o incluso la idoneidad de hacer las fotocopias en blanco y negro, en vez de hacerlas en color. UGT critica el hecho de que, mientras tanto, «algunos funcionarios se recompensan con complementos demasiado sustanciosos para contribuir a los planes de austeridad en tiempos de crisis».

En concreto, y según indica la sección sindical de UGT, la delegada de Hacienda se llevó un complemento de 2.000 euros en el pasado mes de noviembre; el interventor de Oviedo, de 2.723 euros; el interventor de Gijón, de 1.579 euros; el gerente del Catastro de Oviedo, de 2.155 euros, y el gerente de Gijón, de 1.007 euros.

El sindicato denuncia con dureza la actitud de estos empleados públicos, que «lejos de solidarizarse con el resto de trabajadores, sobre todo de los grupos inferiores, que son los que realizan el trabajo duro, se premian con unas suculentas productividades». UGT llama también la atención sobre el «grave conflicto» que se vive en las dependencias del Catastro de Oviedo, que repercute directamente en la atención al público. «Nos preguntamos cómo es posible tanta hipocresía», lamenta el sindicato.