Colunga / Ribadedeva,

Ignacio PULIDO

La franja de litoral comprendida entre Colunga y Ribadedeva cuenta con un nuevo «inquilino» en sus contornos. Desde el pasado mes de noviembre, la Demarcación de Costas en Asturias ha colocado 1.150 mojones de hormigón en los 80 kilómetros de la costa contenida entre La Isla, en Colunga, y Tinamayor, en el extremo oriental de Asturias. La reacción ante esta actuación, enmarcada dentro del deslinde del dominio público marítimo terrestre acometido para evitar obras urbanísticas en la franja costera, no se ha hecho esperar. Tanto ecologistas como un nutrido grupo de vecinos critican la medida, a la que tildan de «atroz e innecesaria». Asimismo, denuncian que en algunos lugares los jalones ya se han caído a pesar de que apenas han transcurrido dos meses desde que se inició su colocación. No entienden que se provoque un fuerte impacto medioambiental con el objetivo de preservar la costa.

La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies ya solicitó que se detuviera la colocación de mojones, una petición que fue desoída por la Demarcación de Costas. «La ley de Costas dice que se delimitará el dominio público, cosa que en principio nos parece bien, pero entendemos que delimitarlo no puede suponer un problema ambiental», advierte Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora, que sostiene que «carece de sentido poner en peligro a importantes espacios naturales para colocar los mojones». «En lugares como el río Cabra, refugio de nutrias, se han metido palas y se han hecho excavaciones», subraya. Y se pregunta: «¿qué sentido tiene destruir lo que se quiere delimitar?».

Igual respuesta han obtenido de Costas los miembros de la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL). «Manifestamos nuestro malestar ante la Demarcación de Costas sin obtener contestación. Hay que tener en cuenta que en este caso son ellos casi los infractores de la propia ley», espeta María José Rodríguez, secretaria general de AVALL, que añade: «En Llanes se atentó sistemáticamente contra la ley de Costas durante dos décadas». «Eso nos dio una buena referencia de cómo Costas actúa contra estas cuestiones, tarde mal y nunca», matiza Rodríguez.

Ambos colectivos consideran desmesurada la colocación de los 1.150 mojones. «En algunos sitios se han puesto más de cien hitos, como sucedió en el paisaje protegido de la ría de Tinamayor», precisa Pontigo. Sin ir más lejos, en el humedal de Ribadedeva han sido instalados unos que superan el medio metro de altura. Costas, por su parte, sostiene que todo responde a las necesidades propias del terreno. «No ha sido afortunada la colocación ni el tamaño elegido. En Tinamayor no hay amenaza ni conflicto urbanístico. ¿Qué más da que un paisano entre a segar un poco más o un poco menos?», enfatiza Fructuoso Pontigo.

Según AVALL y la Coordinadora Ecoloxista d'Asturias, el de Tinamayor no es el único ejemplo donde se ha atentado contra el patrimonio natural y paisajístico de la costa oriental. Las playas de Celorio, Torimbia y Buelna o los monumentos naturales de Gulpiyuri y de los bufones de Arenillas son otros de los ejemplos donde el mojón se ha convertido en un «incómodo inquilino». «Nos sorprende que Costas marque sus lindes con lo que no es más que una atrocidad. Han colocado cinco hitos en Gulpiyuri. Es como si hubiesen desfigurado su rostro», lamenta María José Rodríguez.

Asimismo, la Coordinadora Ecoloxista d'Asturias denuncia que en algunos lugares los mojones ya han sucumbido como consecuencia de las condiciones del terreno. «No sólo se comete la tropelía de hacer la obra e invertir una sustanciosa partida económica, sino que encima ya se han caído dos hitos en el río Cabra, cuyo terreno es muy fangoso», describe Fructuoso Pontigo.

Los ecologistas y AVALL advierten de que no encuentran explicación a la implantación de los mojones. «La colocación de los hitos en una región como Asturias y en concreto en Llanes, concejo que ha vivido siempre de su paisaje, donde no hay industria y el sector turístico es de extraordinaria importancia, nos parece absolutamente innecesaria», coinciden ambos representantes. AVALL va incluso más lejos y afirma que Costas está invadiendo el litoral con mojones. «El proyecto no se sometió a información pública. Se actúa sobre el terreno como si fuese de la Administración y no de los administrados. El panorama es desesperante», concluye María José Rodríguez, vecina de Llanes.