Oviedo, Nicole CACHO

Como afirma el escritor Carlos María de Luis, «la historia no la hacen los reyes ni los grandes comendadores, sino la gente de a pie». Y con esa idea nació «Historia de Asturias dibujada», que a partir del próximo sábado se entregará en fascículos semanales y en 60 entregas con LA NUEVA ESPAÑA. Se trata de una reedición de los textos del mencionado escritor, con las ilustraciones de Adolfo García, que ayer fueron presentados en el Club Prensa Asturiana de este periódico con presencia de los autores.

«La historia asturiana lleva metida en mi sangre desde hace más de 50 años», explicó Carlos María de Luis, que se remontó a su época universitaria, cuando estudió Filosofía y Letras. «Hacía como que cogía apuntes pero en realidad estaba escribiendo la historia de Asturias», relató el escritor, que admitió que en una primera publicación de la historia en LA NUEVA ESPAÑA tuvo que «torear» a la censura de la época. Y es que era la década de los sesenta, comentó.

Unos años después, el ilustrador Adolfo García actuó, según este asturiano, «de demonio tentador», y volvió a ponerse manos a la obra con esta historia del Principado que tanto le apasiona. «Adolfo logró convertir la visión que yo tengo de la historia en una impecable serie de historias gráficas», señaló Carlos María de Luis. «Adolfo lo bordó», sentenció ilusionado el escritor.

En «Historia de Asturias dibujada» se enfatiza lo trivial sin olvidarse de lo importante. Por ello cuenta divertidos y anecdóticos episodios de la historia asturiana como el del pelo del rey don Rodrigo, «que no lo hacía por acariciarle, sino por perseguir a los piojos que le atormentaban», explicó entre risas el escritor. O aquella ceremonia de toma de hábitos de una novicia que acabó en trifulca porque el abad benedictino utilizó mitra y báculo, hecho que propició que el entonces obispo enviara a las autoridades sin saber que el padre de la novicia se liaría a espadazos contra ellos. Por cierto, recordó Carlos María de Luis, el báculo de plata acabaría partido en tres pedazos. O incluso se alude a una de las primera corridas de toros documentada en el Principado, cuyo torero fue un obispo que acusó a un noble de llevar mala vida y éste soltó un bravo ejemplar para que el religioso lo esquivara. Y así, olvidándose de los pesados libros de Historia, «huyendo de profesores y pelmazos», como dijo el autor de estos fascículos patrocinados por Cajastur, se fue gestando «Historia de Asturias dibujada». ¿El fin? «Que cuando los lectores lean el fascículo terminen sonriendo, que nos hace falta sonreír», indicó Carlos María de Luis.

El ilustrador Adolfo García, que también tuvo buenas palabras para su compañero en esta aventura ilustrada, aseguró que los dibujos están muy bien documentados en cuanto a indumentaria utilizada en las diversas épocas que se reflejan en la publicación.

Asimismo, hizo referencia a que las nuevas tecnologías han sido de gran ayuda en cuanto al retoque de los colores para la actualización de una obra que ya cosechó gran éxito en su primera edición. «Tuve serios problemas en la primera edición, y hasta tuve que recurrir a coloristas», explicó el dibujante Adolfo García, que añadió que «con los nuevos medios digitales se puede corregir todo».