Oviedo,

L. PALACIOS

La Cruz Roja desarrolla una labor de acompañamiento y orientación a los inmigrantes recién llegados a Asturias, especialmente en lo que se refiere a la búsqueda de empleo. Y el primer paso que recomiendan dar a los inmigrantes para ello es el del empadronamiento.

«Creemos que es primordial por el principio de solidaridad del Estado español y porque el padrón sólo hace un recuento del número de ciudadanos para adaptar los recursos de los municipios a las necesidades reales», reflexiona el coordinador del plan de empleo, Jorge Coto.

Los últimos datos del INE coinciden con la polémica que se ha generado en algunos ayuntamientos ante la llegada masiva de inmigrantes. El caso más sonado fue el de Vic, en Cataluña, que lanzó la polémica propuesta de no empadronar a los extranjeros ilegales.

Jorge Coto aboga por «facilitar la legalización de la situación de quienes llevan ya tres años en el país», porque, para el responsable de Cruz Roja, «la inmigración bien entendida es una oportunidad de futuro».

Tal y como explica Coto, después de tres años de estancia, lo que se considera arraigo social, los inmigrantes ilegales «ya pasan a contribuir y así se cierra el círculo vicioso del mercado negro». «Está claro que es necesaria mano de obra, y por eso la inmigración debe gestionarse de manera que sea una ventaja», apunta.

El año pasado, Cruz Roja de Asturias tramitó un total de 165 contrataciones de inmigrantes en la región, en sectores como el comercio, la hostelería o el servicio doméstico. A pesar de lo positivo del dato, Jorge Coto resalta las dificultades por las que están pasando muchos extranjeros.

Se trata, sobre todo, de hombres ya establecidos que proceden de la construcción o el metal y que se han quedado si trabajo. El número de ofertas de empleo ha descendido mucho «y no damos abasto», confiesa Coto, quien espera que este año «también sea gris».