Oviedo, M. J. I. / Efe

Los siete cerqueros asturianos que participarán en la campaña de pesca de anchoa, que se abre mañana tras la veda, se preparan para poner rumbo al caladero del golfo de Vizcaya. Lo harán de forma escalonada, ya que algunas embarcaciones se encuentran aún en plena temporada de xarda, tal como explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA, Dimas García, patrón mayor de las cofradías asturianas.

Tres de los barcos anchoeros asturianos tienen base en Avilés, dos en Gijón, uno en Lastres y otro en Luarca. La apertura de la pesquería, tras cinco años de veda, ha generado amplias expectativas entre los armadores del Cantábrico y entre responsables políticos como el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, aficionado a regalar anchoas, que las ha calificado de «caviar del Cantábrico».

A España le corresponden 5.400 toneladas de bocarte. El resto, hasta completar las 7.000 autorizadas por la Unión Europea, hasta el mes de junio, son para Francia.

Bruselas decidió en diciembre la reapertura del caladero, que ha pasado un largo proceso de recuperación de masa biológica. La falta de anchoa del Cantábrico ha supuesto que las administraciones hayan tenido que desembolsar millones de euros para el pago de ayudas al sector extractivo y ha provocado que la industria conservera reestructure su producción con otro tipo de anchoa procedente de Croacia, Marruecos o China.

Las cofradías de pescadores han visto también mermadas sus arcas por la ausencia del pequeño pez, que aporta «mucho dinero» a los organismos que representan y defienden al sector, como dijo ayer el presidente de la Federación de Cofradías de Cantabria, Manuel Vinatea, patrón mayor de Santoña, el municipio español con la mayor industria conservera de la especie.

Las compañías conserveras de Cantabria, que dan empleo a 2.000 personas, la mayoría mujeres, consideran que contar de nuevo con anchoa del Cantábrico aportará «un valor añadido de calidad» a su producto, aunque también demandan «control y prudencia» para no esquilmar el caladero, según el presidente de Consesa, la patronal regional de las empresas del sector, José Luis Ortiz.

A partir de junio, cuando finalice la campaña, la Unión Europea revisará, con los informes científicos sobre el estado del caladero, si se pueden fijar cupos más altos, que podrían llegar a 15.000 o 20.000 toneladas.