Oviedo,

Marta PÉREZ

«Controlamos nosotros más que las profes». Pablo Pérez nació en 1999, tiene 10 años y es uno de los primeros alumnos asturianos a los que ya no les pesa la mochila. El chaval estudia 5.º de Primaria en el aula digital del Colegio Público La Gesta II, donde han cambiado los pesados libros por los ligeros ordenadores portátiles. Pablo y sus compañeros son la generación digital y en lugar de un pan bajo el brazo han venido al mundo con un ordenador. Todos los pequeños coinciden en que en asuntos tecnológicos ellos les dan mil vueltas a sus maestros.

El Principado entregó hace un mes a los alumnos de 5.º de Primaria del Colegio La Gesta II veintidós ordenadores, uno por alumno. La iniciativa forma parte del proyecto de innovación educativa «Escuela 2.0», cuyo objetivo es el uso cotidiano de las tecnologías de la información en las aulas. La Consejería de Cultura del Principado ha equipado hasta el momento diez centros pilotos, aunque el proyecto es mucho más ambicioso y prevé que antes de que finalice el curso 163 aulas de 5.º de Primaria de los centros públicos dispongan del equipamiento digital.

«Las ventajas son todas», explica Elisa Fernández Rivas, directora de Gesta II. «Velocidad, acceso a la información... Ellos son la generación de internet y lo cogen todo en seguida. La mayoría ya tenía ordenador en casa», explica. «Lo que nos interesa es que no lo interpreten como un juguete, sino como una herramienta más», dice.

Lucía Fernández no quiere oír hablar de los libros. «Todavía los utilizamos a veces, pero con el ordenador es más fácil aprender», dice la niña, que confiesa que los alumnos están un poco más alborotados, por la novedad. «Hablamos más que antes», admite. A su compañero Jorge Picatto le parece más sencillo corregir los deberes en el ordenador, y Mayra Salazar está encantada con los esquemas. «Me gusta dibujar los mapas conceptuales en el ordenador, es divertido», comenta. Hugo González se describe como un experto en búsquedas en Google. Está encantado con el proyecto porque «aunque tenía ordenador en casa no tenía internet, que es lo que más me gusta».

Las clases en el aula digital discurren como las tradicionales. LA NUEVA ESPAÑA se coló en la clase de Inglés de los miércoles. Mónica Moro, la profesora, les propone corregir un ejercicio que tiene a la familia Simpson como protagonista. La «teacher» pregunta a los pequeños el significado del adjetivo «small». Unos lo recuerdan, otros no. «¿Dónde lo podemos buscar?», pregunta ella. Los pequeños responden al unísono: «¡en el wordreference!», el diccionario en línea que utilizan para consultar el significado de las palabras. «Ni un sólo fallo, chaval», comenta uno de los alumnos después de corregir el ejercicio. Y es que con el ordenador todo es mucho más sencillo.

El aula digital está equipada con una pizarra que parece mágica. El encerado y la tiza ya son historia. Las pizarras digitales reproducen la pantalla del ordenador de la profesora. Pero, además, la pizarra es interactiva. La profesora escribe con un boli «mágico» palabras que son haces de luz. También se puede borrar y para navegar por internet se convierte en táctil. Una virguería. En la imagen, Elisa Fernández, a la izquierda, y Mónica Moro, junto a la pizarra digital, en el aula de 5.º de Primaria del Colegio Público La Gesta II.