Médico y fisioterapeuta, autor del libro «32 razones para ir al monte con niños»

Gijón, Ángel CABRANES

El médico y fisioterapeuta gijonés Orlando Merás incluye en su recetario más de una fórmula saludable que no se encuentran en ninguna farmacia. En concreto, 32. Ayer presentó en el Antiguo Instituto una de ellas, en forma de libro y bajo el título «32 razones para ir al monte con niños». Editado por KRK ediciones, desglosa rutas fáciles que realizar por la montaña asturiana para disfrutar en familia. A sus 51 años, Merás ha compartido todas ellas con sus tres descendientes, Pablo, Ana y Beatriz. Con ellos ha aprovechado los ratos libres que le dejaba su trabajo en el colegio Ángel de la Guarda y más tarde, en su clínica privada. Ahora, ya prejubilado, ha llegado el momento de hacer balance y ponerle letra a todas sus experiencias. Porque como el propio autor afirma, «hay que divulgar entre los jóvenes los valores de la naturaleza y Asturias es una región en la que lo tenemos todo».

-¿Cómo surge la idea de crear este libro?

-Se empieza a gestar a raíz del nacimiento del mayor de mis hijos, hace poco más de 20 años. Siempre intenté que mis niños vivieran la misma pasión por la montaña que he experimentado en mi vida. Ya les llevaba conmigo en una mochila cuando tenían dos añinos y en cuanto empezaron a caminar busqué rutas sencillas en las que pudieran participar. Indagué para encontrar circuitos asequibles y fui registrándolas. Almacené más de un centenar. Entre ellas se encuentran las que figuran en el libro.

-¿Por qué 32 razones han sido las escogidas para su libro?

-Son 32 porque es el número de rutas que se incluyen en el libro, y empleo la palabra razones porque cada uno de los circuitos esconde un mensaje para llevar a los niños a descubrirlo. Podían haber sido más las escogidas, pero no queríamos incluir un número demasiado grande. Las tres zonas de la región, oriente, centro y occidente, están, dentro de lo posible, representadas. Occidente tiene una montaña muy guapa, más redondeada y atractivos etnográficos; la montaña del Oriente es mucho más agreste y la zona centro es diferente, pero también tiene su encanto. La intención era que se reflejaran en un libro manejable, que se pudiera llevar en el bolso del pantalón o en la mochila mientras disfrutas de la excursión. Que fuera como una guía de bolsillo, para poder echar mano de él en cualquier momento del camino.

-Su objetivo por tanto es sumarle otra herramienta útil al montañero.

-Así es. Además de iniciar a los críos en esta actividad, que es el objetivo principal, busca dar respuesta a toda esa gente que se plantea salir junto a unos amigos un fin de semana y no está muy habituado a la montaña. Muchos temen no poder completar las rutas que proponen los grupos de montaña, que generalmente exigen unas buenas condiciones físicas. No es bueno bloquear a esta gente, o dejarla fuera, el libro puede serles de buena ayuda para disfrutar de la naturaleza sin correr peligros.

-Entre las rutas que describe en su libro se encuentran clásicas y alguna no tan conocida.

-La selección fue complicada, pero al final optamos por escoger las que más nos gustaban. Las hay muy conocidas, como la ruta de los lagos de Saliencia (Somiedo), Foces del río Pendón (Nava) o la del Desfiladero de los Arrudos (Caso). Luego hay otras que se salen de lo clásico, como el Pico Redondo (Teverga) o La Llosa de Viango (Picos de Europa). Hay un poco de todo, pero tampoco se desvela ninguna escondida o secreta.

-Si tuviera que escoger una, ¿con cuál se quedaría?

-No me voy a mojar. Todas son interesantes. No todo el mundo disfruta de las mismas zonas del monte. Hay gente que prefiere el bosque, otra que busca más las panorámicas... Cada uno debe escoger por sí mismo.

-¿Cuál es el mejor consejo que daría a la hora de escoger destino para salir de montaña?

-Que primero de todo miren cuál será el estado meteorológico. Si va a ser un día nublado y vas a optar por subir a un pico, corres el riesgo de no ver nada. A lo mejor te interesa una ruta que discurra por el interior de un bosque o por la orilla de un río. Lo primero de todo es valorar la meteorología y en segundo lugar decantarse por alguna de ellas en función del gusto.

-¿Por qué hay que llevar a los niños al monte?

-Porque el asfalto es muy malo (se ríe). Es una forma de educar. Hoy en día, que tanto se valora el bienestar y el medio ambiente, es un buen momento para que los pequeños conozcan su entorno y sepan que en la montaña también se pueden divertir. No sólo la video-consola o los centros comerciales son los mejores instrumentos para pasarlo bien.

-¿En qué montaña ha disfrutado más junto a sus hijos?

-Fueron muchas. Siempre solemos ir en compañía de matrimonios que también iban con sus hijos. Esa es otra de las claves. Los niños no pueden ir sólo con adultos, deben ir acompañados de otros guajes de su edad para que realmente lo pasen bien. Si no, van a aburrirse y quejarse. Eso se soluciona con media docena de rapacinos.

-¿En qué lugares debe evitarse la presencia de niños?

-En cualquiera que implique el más mínimo riesgo. Precipicios, escarpes... Puedes enseñarlos a escalar, pero con una iniciación muy básica y medidas de seguridad. En Asturias y León, en lo que es media montaña y cordillera, existen sitios de sobra para poder gozar con los pequeños sin miedo a cualquier percance. Cada vez que voy a un sitio, siempre descubro otro que me apetece hacer. Hay mucho mercado sin necesidad de complicarse la vida.

-Ha visitado lugares como los Pirineos, Alpes y Aconcagua. ¿En qué se diferencia la montaña asturiana?

-Asturias ye lo más guapo. Hay sitios maravillos a lo largo del mundo, no podemos ser tan farrucos de pensar que lo nuestro es lo mejor, pero aquí tenemos muchas posibilidades. Es un sitio privilegiado porque tenemos mar, monte, ríos, lagos, playa... Somos un «cogollín».

«Hay muchos circuitos que realizar en nuestro entorno sin necesidad de correr riesgos»

«Para que los pequeños se diviertan en las rutas, además de ir con adultos, deben estar acompañados de gente de su edad»

«Los niños deben descubrir que la naturaleza es divertida, no sólo jugar con videoconsolas o ir a centros comerciales»