Gijón,

Entre caladas al «Farias» que acompaña al café de media mañana José Manuel López Rodríguez (Tineo, 1967) repasa la trayectoria laboral que le llevó a ser una importante pieza del engranaje organizativo de empresas como Duro Felguera e Idesa y uno de los «hombres de empresa» más conocidos en los medios empresariales de la región. Siempre en segundo plano -«protagonismos los justos», suele decir-, López pone ahora un punto y aparte en su vida tras haber haber rescindido su relación contractual en Idesa, una de las empresa asturianas del metal con más proyección internacional, para convertirse en la cabeza visible de una consultoría (López & Asociados) que aglutina a más de media docena de expertos en diversos campos de la gestión empresarial. Años tomándole el pulso desde dentro al sector industrial del Principado le permiten opinar con criterio del estado en que se halla el tejido económico de la región y del impacto de la crisis.

-¿Cuáles fueron sus inicios en el sector del metal?

-Estudié FP e ingeniería técnica y mi primer trabajo lo obtuve en el Tallerón de la Duro como Jefe de Proyectos. A los seis meses, José Manuel García Sánchez, uno de los fundadores de Idesa, me cambió de destino y ya no paré de rotar por departamentos: Operaciones, Calidad, I+D, Planificación...

-¿Qué opinión le merece la actual FP?

-Cuando yo la hice por la rama de mecánica, años ochenta, apenas había alumnos de de mecánica (e incluso menos de calderería) y las que estaban masificadas eran la informática, electricidad y electrónica. Un perfil bien diferente al actual. La FP hoy la veo desprestigiada, falta de enfoque práctico.

-¿Y el salto a Idesa?

-Fue en 2000. Tras pasar los años 1999 y 2000 como Director de Operaciones del taller de Duro Felguera en Barros, a los quince días de haberme propuesto montar una consultoría. García Sánchez me repescó para Director de Producción, aunque después también trabajé en las áreas de Desarrollo e I+D.

-Idesa es una rara avis en el panorama económico asturiano: nació en 1993 como resultado de la unión de doce empresas y aún sobrevive. ¿Cuál es su secreto?

-Ciertamente es un caso atípico en Asturias. Fuera sí que es más frecuente encontrar experiencias parecidas. Más recientemente se han ensayado otra serie de iniciativas que van progresando, entre ellas la del sector de las TIC con el clúster del Parque Científico de Gijón. Todo el mérito seguro que lo tienen los «padres» de la idea, José Manuel García Sánchez y el difunto Félix Herreros; ellos fueron, como Florentino Pérez en el Real Madrid, los «evangelizadores» de Idesa. El concepto que inspira a Idesa -unirse para ser más fuertes- es positivo, tanto para los socios como para la región. La pena es que no haya más «idesas».

-Su tarjeta de visita pone ahora «consultor». ¿Puede explicarme en qué consiste ese trabajo?

-Se lo digo con un ejemplo real: me pidió consejo hace días un empresario que quiere comprar un activo ("si es de segunda mano mejor pues seguro que resultará más barato") y lo que le dije es que no está el horno para bollos ni los precios de segunda mano en niveles razonables, que también sería factible buscar otras alternativas tales como buscar un suelo, desarrollar la ingeniería, construir y buscar las ayudas públicas posibles. Y en eso estamos.

-¿Son dados los empresarios asturianos a dejarse aconsejar?

-Por lo general suelen reaccionar cuando tienen el agua al cuello y el barco salvavidas ya está a muchas millas. Y no es que los consultores sepamos más o seamos más listos que ellos, sino que aportamos la experiencia de haber andado el camino, el conocimiento de expertos en diversas materias y el acceso a los contactos oportunos. Por así decirlo somos una suerte de puente entre las empresas y el Sistema, un instrumento que permite al cliente dedicarse a «empresariar» delegando en nosotros problemas que en caso contrario podrían entorpecer la marcha del negocio o distraer recursos. No obstante pienso que esa cerrazón está cambiando a marchas forzadas.

-¿Como la «subvencionitis», es decir la sobredependencia de las ayudas públicas?

-Asturias ha dejado de ser una región Objetivo I, lo que implica una reducción más que notable del volumen de ayudas que recibe de la Unión Europea. Ese fue el fin de la excesiva dependencia que, en efecto, tuvo esta región de las subvenciones. Lo que se estila ahora, más allá de importantes líneas de subvención que siguen abiertas, son los préstamos en condiciones ventajosas. Gustan menos a los empresarios, pero es lo que hay.

-¿Cuánto daño ha hecho la crisis a las empresas asturianas?

-La crisis es una realidad tangible y no sirve de nada lamentarse. Es un momento propicio para las oportunidades, para los innovadores. También, no lo voy a negar, es tiempo de fracasos. Lo que hay que hacer en este contexto es avivar el ingenio.

-¿Se atreve a señalar un solo factor que conduzca al éxito empresarial?

-Por lo general, lo bien hecho es lo que lleva al éxito. Pero nunca hay un solo factor, más bien la concatenación de varios. Forzando la simplificación, yo diría que las empresas asturianas de más éxito -podría pensar en varias pero seguro que dejaría muchas en el tintero- tienen en común su vocación innovadora y el hecho de haber visto la necesidad de internacionalizarse.

-¿Qué tal conjugan los empresarios asturianos el verbo innovar?

-Es una estrategia víctima de excusas continuas. Cuando la economía iba bien lo que se decía era «¿y para qué tengo que innovar si vendo lo que quiero?» Ahora que va mal se dice «bastante tengo con mantener la empresa a flote». El error es pensar que la innovación sirve para abrir nuevos campos de negocio; además de eso es una acción imperativa, según las circunstancias, para mantenerse o para crecer sobre la misma base de producto.

-Y de todos estos asuntos es de los que tiene previsto dar asesoramiento su empresa...

-Además de desarrollo de negocio, I+D, recursos humanos, normativa, gestión de ayudas, gestión financiera y «otsourcing». Aspiramos a ser una consultoría global que dé soluciones a medida.

-¿Ve algún atisbo de recuperación económica?

-Creo que se tocó fondo en diciembre y ahora la economía está al ralentí. Las empresas que tengan el motor a punto y el depósito de combustible bien cargado serán los que lleguen lejos, o por lo menos antes.

-¿Incluso tomando la salida desde Asturias?

-Incluso. Otras regiones nos llevan delantera, pero su curva de aprendizaje ha llegado a una fase plana y aquí hay muchas empresas que progresan de modo exponencial.