Gijón, J. M.

El Ministerio de Medio Ambiente ha enviado a ayuntamientos, Principado y entidades ecologistas el «Documento inicial de proyecto» del futuro corredor ferroviario Pola de Lena-Gijón, con vistas a iniciar las consultas de evaluación de impacto ambiental. En dicho documento se señala como la principal afección que causará la nueva vía la que se producirá en torno al río Nalón, «en las inmediaciones de Soto de Ribera, inmediatamente aguas abajo de la desembocadura del Caudal en el Nalón (puente de Las Segadas), durante aproximadamente 1.000 metros de cauce». El estudio añade además que «cabe esperar una importante generación de desmontes y terraplenes, con excedentes y necesidades de préstamos no fácilmente compensables» en algunas partes del trazado.

Por ejemplo, el diseño en túnel de algunos tramos «en las áreas de mayor relieve, especialmente en el sector sur del ámbito -entre Lena y Oviedo- se asociaría a un importante volumen de excedentes en tales zonas, y, consiguientemente, a la necesidad de generar áreas de vertederos». Otra dificultad será la «ocupación de suelos de alta capacidad productiva en las vegas de los principales cauces, especialmente los ríos Lena, Caudal, Noreña, Nora y Aboño». No obstante, este último problema «será minimizado por el previsible desarrollo de viaductos en el paso sobre dichos cauces».

El estudio informativo de la línea ferroviaria Lena-Gijón es la continuación en Asturias de la variante de Pajares. Constará de un nuevo trazado de Lena a Oviedo, en el que «la presencia de elementos naturales es relevante», más otras dos variantes, Llanera-Serín y Villabona-San Juan de Nieva, que discurrirán por «áreas de marcado carácter urbano».